parte única

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JiMin caminaba por los pasillos medio adormecido, con su mente aún enredada en las sábanas. Se había levantado tarde por haber estado jugando hasta altas horas con TaeHyung en el ordenador, y ahora su primera clase ya había dado comienzo hacía más de media hora. El pelirrosa sabía que no podría entrar, así que se resignó a ir al lavabo y esperar a la siguiente clase, ya que si lo veían fuera los profesores lo llevarían a dirección. Decidió, por tanto, dirigirse al más alejado, ya que solía ser un lugar nada transitado.

Cuando entró al cuarto de baño se percató de que no era el único que había llegado tarde. Un chico de cabellera negra estaba sentado en las baldosas blancas escribiendo en una pequeña libreta. Al escuchar a alguien entrar, había alzado la vista con una sonrisa, que se ensanchó al reconocer a JiMin.

-Veo que no soy el único dormilón -JiMin sintió como su corazón daba un vuelco al ver a YoonGi y a su sonrisa. Automáticamente sus mejillas se tiñeron de un rojo suave, pero se empeñó en fruncir el ceño y mostrarse neutral.

—Buenos días, YoonGi hyung —el chico se sentó al lado del mayor suspirando y se revolvió el pelo. Sabía que YoonGi era propenso a dormirse, no era la primera vez que lo veía fuera de la primera clase, pero jamás habían coincidido en su mala suerte —. ¿Qué te tocaba ahora?

—Historia contemporánea —el pelinegro frunció sus labios y se rascó la nuca algo adormecido —. De todos modos no es mi asignatura preferida precisamente. ¿Y a ti, qué te tocaba?

—Matemáticas avanzadas —respondió JiMin observando a las baldosas algo cohibido, como si éstas fueran lo más entretenido del lugar.

YoonGi no era un desconocido, su mejor amigo TaeHyung y su hyung compartían club, y cuando JiMin iba a recoger a su amigo siempre solía encontrarse a ambos compañeros charlando animosamente. Por consiguiente, YoonGi y JiMin habían entablado pequeñas conversaciones, incluso coincidían en algunos gustos.

Aún así, ellos nunca habían tenido la oportunidad de estar a solas y hablar largo y tendido, por eso mismo en aquel momento se sentía tan nervioso.

YoonGi no siempre le había atraído, pero desconocía en qué momento su pulso había comenzado a acelerarse al acercarse a él, ni cuándo el hablar con YoonGi hacía que su lengua se trabara.

Así que, en aquel baño con Min a solas, no tenía ni idea de qué decir. Su mente había decidido abandonarlo a su suerte y los temas de conversación no aparecían en su cabeza. Miró a YoonGi y vio como este seguía sujetando su libreta negra, así que decidió intentar entablar una conversación que no muriera en un incómodo silencio.

—¿Qué escribes, hyung? —preguntó señalando las manos del contrario. YoonGi se sonrojó levemente, cosa que a JiMin le pareció lo más adorable que había visto en su vida.

—Intento componer algo —respondió el mayor mirando la libreta como pretexto para eludir la mirada del pequeño.

—¡Oh, perdón! Seguro que te estoy molestando.

—No, no, tranquilo —ambos chicos sonrojados se miraron cohibidos y sonrieron al verse en el mismo estado —. La verdad es que tampoco es una canción muy buena —suspiró algo apenado mientras miraba al suelo; con todos los exámenes la inspiración había decidido jugar al escondite con él, y no aparecía desde hacía semanas.

—¿Puedo... leerla? —JiMin se estaba arriesgando al rechazo absoluto con aquella pregunta, lo sabía, pero quería pensar que el sonrojo del mayor era por su culpa y que aún tenía una mínima oportunidad. No tendría muchos más momentos a solas con él, así que debía intentarlo, aunque fuera algo desesperado.

—Nunca nadie ha leído mis composiciones —confesó YoonGi avergonzado, ya que le daba algo de corte que JiMin leyera sus escritos y pensara cosas extrañas de él. En su libreta volcaba sus pensamientos más recónditos, en sus canciones expresaba todo lo que sentía, y le daba miedo la reacción del pelirrosa.

» classmate « myg + pjm [one shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora