Capítulo 3

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—Siguiente pregunta: ¿Cómo hicieron para comenzar a salir sin que nadie se enterara?

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—Siguiente pregunta: ¿Cómo hicieron para comenzar a salir sin que nadie se enterara?

Me acosté en el sofá, mirando la foto de Nicky sonriendo con pastel en sus mejillas, que estaba enmarcada en la mesita de centro. Fue para mi cumpleaños y no quería que se sintiera mal por no tener un pastel para ella misma, así que mandé hacer uno sin decirle a Ian. ¿Qué tan grandes son las casualidades en este gigantesco universo? Parece ser que mucho.

Casualmente, el día de mi cumpleaños también es el cumpleaños de Nicky.

—Demi estaba con Asheron y Gregg se iba a no sé dónde —miré el reloj y suspiré—. ¿Esto tomará mucho?

—Soy positivo con todo lo relacionado al amor y esas cosas; pero, no sé qué decirte al respeto de esta historia. Llegó un día en el que todo se complicó, ¿no? La verdadera cita oficial, cuando el ex mejor amigo de Asheron se presentó e intentó dispararle a Demi —apartó la vista a la ventana, suspirando—. Dios, no puedo creer que haya tenido un arma frente a sus narices...

—Y sigue como si nada —dije fuerte y claro. Alex siempre es muy sensible en cuanto a Demi se refiere a pesar de ser él, el menor—. Demi es muy fuerte.

—Y tú la tonta que se interpuso —negó con la cabeza, mirándome con reproche—. Por suerte Ian se interpuso cuando el maldito disparó.

—No sé si fue suerte pero... Si —acepté ante su mirada de enfado.

—Bien, entonces tuvieron el picnic, la cita en el restaurante, el día en el que enfermaste y la primera cita que terminó mal —levantó sus dedos uno por uno, contando en voz baja—. Luego no se volvieron a ver por ¿ocho meses?

—Olvidas el detalle del hospital...

—Soy todo oídos.

"Diciembre, Hospital de Nueva York"

Mis manos están manchadas de sangre, mi vestido está sucio, perdí mi cadena de oro con un rubí que papá me regaló a los dieciséis años, tengo hambre, estoy nerviosa y... no sé nada de Ian.

— ¿Quieres tomar algo? —negué con la cabeza, abrazándome a mi misma para intentar entrar en calor— ¿Te acompaño al baño?

—Mamá aun no ha traído mi ropa.

Me agarró del brazo y me jaló, obligándome a ponerme de pie.

—Pero necesitamos lavarte las manos y el rostro, Victoria. Das mucho miedo así.

Sin poder negarme, lo seguí al baño de mujeres, donde entró sin importarle que pudieran echarlo del hospital. Mojó mis manos y untó algo de jabón, lavándolas con cuidado al igual que lo hacía cuando era una niña pequeña que andaba detrás de él siempre.

— ¿Crees que esté bien? —pregunté en un susurro, mirando el agua perder la intensidad del color rojo con cada segundo que pasaban mis manos bajo el chorro.

Hamilton Princess |Serie Hamilton| #2.5 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora