Capítulo 1
Estaba oscuro pero desperté sobresaltada al abrir los ojos y ver a Kallum algo molesto parado en el regazo de mi cama observándome inquisitivamente, mientras zarandeaba diciendo mi nombre:
-¡Elizabeth!, ya es la tercera vez en la noche. Comprendo bien que aún estés en shock por el accidente pero mañana tengo trabajo y no puedo dormir que tus gritos. - dijo enojado.
-Perdona si aun sigo traumada por mi experiencia cercana a la muerte –dije irritada. – te agradezco que el que me cuides pero al menos ten un poco más de tolerancia ¿o es que al “príncipe Kallum” le faltan más horas de sueño de belleza?
-¿Sabes qué? ¡Mejor ya no hables!- dijo y salió de la recamara estrellando la puerta al salir. ¿Por qué de todos los lugareños de esta isla tuve que para con el más gruñón de todos?, ya era suficiente estar atrapada y lesionada en la isla más remota del mundo. Giré mi cuerpo aun adolorido en la cama tratando de acomodarme aunque en el fondo sabía que no conciliaba el sueño durante toda la noche. Observé la ventana por la cual se dejaba observar una noche realmente oscura. Si bien es cierto el dicho de “cuando más oscura es la noche es cuando va a amanecer” pues me servía de consuelo saber que no pasaría tanto rato en vela.
* * *
Ya había pasado una semana atrapada en estas cuatro paredes y las cosas seguían igual entre Kallum y yo. Las pesadillas cada noche se hacían más prolongadas y ya no sabía qué hacer pues me estaban enloqueciendo, respecto a mi persona, pues me estaba recuperando del accidente. Había recuperado la habilidad de caminar y poder levantarme sola de la cama, eso era un gran avance para mí debido a que Kallum se molestaba cada vez que yo pedía ayuda. En la mañana siempre me hacía el desayuno los cuales siempre eran deliciosos, luego de esto, él salía a trabajar, lo cual hace desde que yo puedo volver a camina. Me quedaba sola el resto del día hasta que llegaba para el almuerzo y como siempre, era preparado por él. Luego se marchaba nuevamente y llegaba al anochecer. Él nunca preparaba cena así que ambos íbamos a dormir temprano. Siempre quería hacerle preguntas pero le tenía miedo a la respuesta que pudiese llegar a dar, así que siempre la pasaba aburrida encerrada en aquella casa y ninguno de los dos se atrevía a decir ninguna palabra.
Una mañana sin pinta de ser diferente a las demás, me levanté de la cama para iniciar un nuevo día. Pasé por el cuarto de baño a asearme un poco y luego salí para ir al desayunador, en donde encontré a Kallum sentado en la mesa, quien reposaba su cabeza ocultando su rostro entre sus brazos cruzados. De todas las preguntas que atacaban mi mente la última semana la que tomaba mayor prioridad de mi curiosidad era que le pasaría a mi anfitrión, pero al igual que siempre tenía temor a hacer alguna pregunta. Se le notaba triste, de repente sin ningún preámbulo, pasé mis brazos entre su cuello y puse su cabeza en mi pecho acariciando su pelo, él no se opuso así que continué haciéndolo. No sabía qué le ocurría pero eso es lo que yo desearía que me hicieran si estuviese decaída, después de unos minutos en la misma posición, Kallum levantó la cabeza y me miro a los ojos dedicándome una mirada serena en forma de agradeciéndome, se separó de mí y yo de él, como si nada hubiese ocurrido. Él entró a la cocina y no tardó en salir con los platos con el desayuno. Le agradecí en forma de sonrisa y él trató de devolver el gesto con un pésimo intento de sonrisa el cual me pareció algo hilarante. Se acercó a mí depositando uno de los platos al frente mío. Empecé a degustar lo que él había preparado y espontáneamente, él empezó a hablar:
- Oye… ¿Y qué edad tienes?
- 21, ¿y tú? – dije con sincero interés, era la primera vez que hablamos después de seis días.
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Inaccesible
RomanceLa isla inaccesible es un volcán extinto, situado en el lugar más céntrico del mundo, con un total de población de 208 habitantes, cuya existencia pocas personas conocen. Cuando Elizabeth Kersey se encuentra desaparecida y probablemente herida por s...