♡1st part; yellow tea and memories of the youth.♡

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Morrissey estaba ofreciendo una serie de conciertos, no era una gira oficial, sin embargo se encontraba promocionando su más reciente álbum Low in High school y a pesar de las condiciones que ofrecía al público desde tiempo atrás, el disco estaba teniendo un éxito total. A Morrissey no le preocupaba del todo, sabía que no todos sabían apreciar las cosas y que había gente que entendía su trabajo de manera real, lo demás no le importaba. No tenía la necesidad de llamar la atención, la atención ya la tenía.

Pero con toda esa rutina de vuelta, después de tanto tiempo, siempre le traía un sentimiento diferente, es decir, Morrissey tiene muy claro lo mucho que disfruta hacer su trabajo, no todos tienen la dicha de ser una gran estrella y tener un lugar en la historia de la música y de la cultura en general, sin embargo, conforme mayor se ha había hecho, mas imposible era poder evitar el pequeño disgusto de la molesta melancolía, no es algo que lo obsesionara o trastornara demasiado pero esta vez el sentimiento de anhelo por los viejos días era mucho. Extrañaba ser joven, descubrir cosas, conocer y sentir por primera vez, es cierto que no es un anciano del todo, pero, Morrissey cada vez tiene menos rastro dentro de sí de aquel joven enamorado que fue alguna vez, aquel joven enamorado de la música, de la vida, de la exploración, y de Johnny.

Oh Johnny.

Johnny siempre había sido su recuerdo favorito, lo atesoraba tanto en su corazón y había aprendido a ser indiferente a él frente a la gente y dentro de sí mismo. Nunca dejo de amarlo, Dios sabe que no.

Pero había pasado tanto tiempo desde aquel lejano 1987, en el que lo vio por última vez, cada vez le era más difícil volver a aquellos días y recordarlo, tenía que admitirlo, le aterraba perder aquellos recuerdos que tanto le había costado mantener en su mente.

El adulto se removió incomodo en su cama, le afectaba y le incomodaba ponerse tan sentimental, al menos ese rasgo de su personalidad no se había ido con el paso de los años, afuera del hotel caía una gran tormenta, era escandalosa y fuerte, haciendo juego con los pensamientos del adulto.

-Hey Moz

Era Boz, desde el otro lado de la puerta, Morrissey no se movió de su lugar en la cama.

-¿Qué necesitas Boz?

-¿Vienes a cenar?

-No me apetece, disfruten la velada, nos vemos por la mañana.

Boz no respondió, sin embargo, el mayor sabía que eso significaba que no iba a insistir, agradecía que sus compañeros de banda comprendieran su personalidad, eso hacía más agradable la convivencia.

Morrissey estaba molesto consigo mismo, por dejar que sus sentimientos lo descontrolaran, el anhelo a sus días de juventud lo abrumaba. Bebió un poco del agua que el servicio del hotel previamente habia dejado, decidió que lo mejor era dormir y dejar que su mente se perdiera en el ruido de la tormenta.

1983.

Morrissey se encontraba en la cama de su habitación mirando la foto de Oscar Wilde en su habitación, ¿No era muy tarde para experimentar todas aquellas cosas que los adolescentes experimentan a temprana edad? Es decir, ya no era un adolescente, ya estaba en sus 20, pero tenía que llegar ese mocoso a hacer que todo se volviera un desastre. El timbre comenzó a sonar, sabía perfectamente que era él, Jacky estaba fuera de la ciudad y su madre estaba en el trabajo, del cual volvería por la noche, sin embargo, antes de abrir la puerta verifico una vez más que ella no estuviera ahí, como si de un adolescente hormonal se tratara, sin embargo, ya tendría tiempo de pelear con sus pensamientos, camino ligeramente apresurado a abrir la puerta, necesitaba ver a Johnny.

-Hola Moz. -sonrió Johnny.

El mencionado casi se desmaya al ver la imagen frente a él, Johnny estaba frente a su puerta, con una hermosa sonrisa sosteniendo al mismo tiempo unas hermosas margaritas con una rosa en el centro, Morrissey no sabía que hacer, nunca le habían interesado esos detalles, de hecho, nunca les había encontrado sentido y los encontraba hasta molestos, pero ahí estaba en medio de un colapso, pero en un buen sentido, en un buen y hermoso sentido. Su mente daba vueltas y sentía su piel entumida, se sentía terriblemente sonrojado, pero no era una mala sensación, era una bella e increíble adrenalina.

tea and flowers🌻marrisseyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora