—Emm, perdón por interrumpir —sonrío tímidamente—. Jane, tu... tu madre ha llamado y ha preguntado por ti —alzo una ceja.
—Tranquila, yo ya me iba —dice Simon, separándose de Jane—. Nos vemos luego, preciosa —desde mi posición, puedo ver cómo le guiña un ojo.
Jane, en cambio, rodea los ojos y camina hasta mí, deteniéndose ante mi fulminante mirada. Me cruzo de brazos frente a ella.
—Creo que hay algo que no me estás contando —me cruzo de brazos—. Y más vale que lo sueltes antes de que se entere su novia.
—Sólo ha sido un beso —replica.
—Sí, pero de un beso se va a otro, y así —niego con la cabeza—. Ten cuidaod con lo que haces, ¿quieres? No me gusta nada que te estés liando con el novio de Sarah, a esa chica no le caes muy bien.
—Deja a esa petarda, anda —se encoge de hombros—. ¿Me dejas tu móvil para llamar a mi madre?
—Usa el tuyo —contesto.
—Joo, pero es que está en la cabaña —remuga.
—Pues vas hasta la cabaña y haces la puñetera llamada desde allí —rodeo los ojos.
Jane alza las manos y pasa por mi lado, llamándome "mandoma de una forma graciosa que logra hacerme sonreír, aunque sea un poco. Me muerdo el labio y me doy media vuelta, encontrándome con dos ojos azules.
—Vaya, tú sí que serías buena monitora aquí —bromea.
—Ella es fácil de manejar —contesto—; no es una chica rebelde que podría darte una hostia en cuanto le mandases algo —me rio.
—Ya veo —asiente con la cabeza.
—Oye, em... —me quedo durante unos segundos pensativa, intentando recordar su nombre.
—James.
—Sí, eso. ¿Tú qué clase das? —frunzo el ceño.
—No sé, depende el día —asiento—. Aunque seré vuestro monitor en las actividades deportivas, sobretodo.
—¿Deportivas? ¿Cómo qué? —pregunto con interés.
—Piragua, natación... —frunce sus labios— Espero verte en esas dos actividades, no te haces una idea de lo que me gustaría verte mojada —me susurra al oído.
—Serás cerdo —me separo de él—. No deberías decir esas cosas. Se supone que eres un monitor responsable y yo una alumna obediente, así que... —me detengo al ver que se está riendo.
—No sabes lo que me pone que digas que eres una alumna obediente —golpeo su vientre con el puño cerrado.
De esa forma, logro que se separe, aunque sea, unos cuantos centímetros de mí. Se agarra el vientre y se inclina hacia delante, sin poder ocultar su expresión de dolor de su rostro. Lo miro durante unos segundos burlesca.
—¿Y tú eres uno de los que nos van a proteger de los peligros del bosque? —cuestiono— Pues vamos apañados todos.
—Me has hecho daño —se queja.
—No te he pegado fuerte; no te he dado en serio —bufo—. ¿Quieres que te pegue de verdad? Verás como ese sí te duele con razón —sueno amenazante.
A pesar de estar retorciéndose de dolor, me sonríe de lado. Intenta incorporarse, pero enseguida vuelve a agarrarse el vientre con una mano. Coloco mis manos en jarra, observando su actuación durante unos segundos más. Rodeo los ojos al ser consciente de que no va a parar hasta que me ofrezca a ayudarle.
—Deja de hacer cuento, no pienso socorrerte ni fingir preocupación por ti —le digo con claridad.
—Creo que estaba haciendo el ridículo —le miro con una pequeña sonrisa—. Siento el numerito y el haberte hecho sentir incómoda, no sé qué me ha pasado.
—No me has incomodado —me rio—, pero quizás la siguiente vez deberías intentarlo con más esmero: ponerle más inteligencia y menos sonrisita estúpida —se ríe tras mi consejo, cruzándose de brazos.
—Espero tener mejor suerte la próxima vez y llevarme un besito, al menos —me guiña uno de sus preciosos ojos azules.
—Tardarás en eso, créeme —me acerco a él—. Yo suelo ir más allá de un besito —le susurro al oído.
—¿Cuánto? —vuelve a sonreír.
—Mucho más —susurro antes de darle un golpe con el puño cerrado en su entrepierna—. Hala, eso. Eso sí que duele y jode un montón —digo.
Le lanzo un beso antes de definitivamente marcharme del lugar sin girarme en ningún momento hacia él.
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Diversión en el campamento
RomanceTres chicos, tres chicos, tres meses en un campamento de verano... ¿Qué es lo que podría suceder entre ellos? Sólo buscaban pasar un verano divertido, no esperaban estar envueltas en "historias" con esos tres desconocidos. No esperaban tener sexo...