Todo duro un segundo, ni eso, un nano segundo.
Cuando todavía llevaba esas mallas negras y esos zapatos altos, cuando todavía se podía respirar ese olor de verano.Cuando no nos importaba nada, cuando éramos felices solos en unas escaleras, porque en esas escaleras era nuestro momento, era el momento en el que podíamos se los dos.
Era el momento en el que congeniaban dos personas completamente diferentes pero que se unían con un mísero beso.
Que aunque casi no nos conocíamos del todo conseguíamos respirar el mismo aire.
Pero pasando un tiempo me empecé a ahogar y me era imposible respirar contigo.Para ese momento ya había pasado un segundo y medio.
Nuestro tiempo había terminado.
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Todo lo que no te digo
Short StoryReflexiones de la vida que de normal no se las dices a nadie.