Gabriela's pov.
Me encontraba sentada en una mesa un poco alejada de la pista de baile, llevaba puesto un vestido rojo largo abierto en una de sus esquinas en la parte de abajo. Acerque a mis labios el martyni que había pedido unos minutos atras, dejando fluir el liquido por mi garganta.
Mi mirada no esta fija en ninguna persona en especifica, solo miraba como cada una hacia diferentes movimientos al ritmo de la música que sonaba por todo el establecimiento, sabia que algunas de ellas ya estaban bajo los efectos de las drogas, pero no era mi deber llevármelos y castigarlo por los errores que estuvieran cometiendo en estos instantes, a decir verdad, aun esperaba que me dieran mi próxima misión ya que hacia unas pocas horas había concluido la ultima que me habían asignado.
Me altere al momento en que sentí una mirada fija y penetrante en mi, sentía como me escaneada de arriba hacia abajo percatandose de cada detalle que mi cuerpo resaltaba.
— Este imbécil... - Dije en un susurro para que nadie me escuchara, aunque sabia que la persona que me vigilaba me había escuchado a la perfección. Puse mi mirada fija un hombre que estaba sentado en un sillón con muchas mujeres hermosas y con vestidos provocadores a su alrededor, las que estaban a su lado tocaban su pecho con deseo tratando de llamar la atención del joven, cuando unió su mirada con la mia, sonrió de lado mostrando una sensación de satisfaccion.
No tenia idea de que hacia él aquí, aunque no seria raro encontrarlo en uno de estos establecimientos, pero ese no era mi problema en estos momentos, así que me levante de mi mesa dejando unos billetes debajo del vaso pagando la bebida que había consumido. Me dirigí a la salida empujando un poco a algunas personas que estaban en mi camino, recibiendo algunos cumplidos grotescos de hombres que estaban a mi alrededor.
— A dónde vas, bonita? La noche es joven y hermosa al igual que tu. - Dijo él atravesandose en mi camino cuando ya estaba a unos pocos pasos de salir del lugar.
— No quiero problemas, así que dame permiso de una sola vez antes de que esto se ponga feo. - Le dije mirándolo a sus ojos azules que siempre demostraban lo mismo: Lujuria y deseo.
— Escuche que me llamaste imbécil hace unos momentos... que boquita tan traviesa tienes. - Dijo sonriendo mientras pasaba uno de sus dedos recorriendo mi labio inferior ignorando por completo la advertencia que le había hecho. — Creí que no estaba haciendo nada malo aparte de lo usual...
— No vine por ti, no me interesas en estos momentos así que, dame permiso de una sola vez. - Dije aun con mi mirada en la suya.
— Nadie le da ordenes al diablo, hermosa. - Dijo acercándose más a mi. - Y menos un ángel... - Me quede quieta en mi puesto, no quería demostrarle miedo aunque la verdad, no había tenido encuentros anteriores con el tan famoso "diablo", y era verdad, él era el mismísimo diablo del que muchos temen por el poder que tiene.
Yo era un ángel, uno de los ángeles que debían de cuidar a la raza humana para que no se descontrolara por completo y el mundo resultara en una caos total, me mandaban misiones para apresar demonios o ángeles caídos que estaban haciendo total destrucción, entre estos podrían estar personas liderando carteles de drogas, asesinos, policías corruptos, violadores y millones de personas más que destruyan y corrompian la poca paz que reinaba.
— Qué eres tu? Un ángel de San Miguel, San Rafael...? - Dijo acercándose cada vez más a mi con un aura amenazante y llena de lujuria, cuando estuvo a escasos centímetros de mi, coloque mi dedo indice justo debajo de su mentón haciendo que él quedara inmovil, su respiración se escuchaba entre cortada, sus ojos cambiaban de color rápidamente de azul a rojo, su rostro estaba hacia arriba y su expresión demostraba sorpresa, confusión y me atrevo a decir que mostraba miedo.
— Soy una Gabriel. - Dije sonriendo con satisfacción.
— Cre-Cre-creí que los Ga-Ga-gabrieles eran solo ho-ho-hombres... - Dijo con mucha dificultad para hablar, solté mi dedo y lo retire de su menton, lo que hizo que él se relajara por completo, volviendo a la normalidad su respiración y su mirada.
— No te vuelvas a acercar a mi a no ser de que yo lo quiera. - Le dije soltandole una ultima mirada para dirigirme a la salida, pero su mano sostuvo la mía evitando que siguiera caminando, el giro su rostro conectando su mirada una vez más con la mía.
— Llamame Luke Hemmings, ángel. - Dijo sonriendome coquetamente, yo solo me solté de su agarre y salí del lugar.
Luke's pov.
Una vez el ángel salio del lugar, mire mi mano con la cual había sostenido a la hermosa chica, esta se encontraba roja y un poco quemada, pero inmediatamente empezó a sanar. Me era muy difícil tener contacto con un Gabriel, pues estos tenían mucho más poder que los otros.
Era una noticia nueva que los Gabriel tuviera una chica en su familia, y más una tan hermosa. No sabía si alejarme de ella por mi propia seguridad o... acercarme a ella y asegurarme de tenerla en mi cama y quién sabe, a lo mejor logro corromper a un Gabriel una vez más.
— Oye, estás bien? - Dijo apareciendo Calum alfrente mio con un poco de preocupación.
— Sí... perfectamente bien. - Dije levantando la mirada para colocarla en la suya.
— Era una... San Miguel? - Dijo el moreno confundido, seguro había visto la pequeña escena que habíamos hecho minutos antes.
— Gabriel. - Dije corrigiendolo, en su rostro se dibujo una cara de confusión y desaprobación.
— Creí que los Gabriel eran solo hombres.
— Pues ya vez que no. - Dije soltando una risita. - Quiero que averigües todo acerca de esa chica... todo. - Dije enfatizando la ultima palabra.
— Bien. - Dijo él no muy convencido. - Mientrastando, sigamos disfrutando de los placeres mundanos que Australia nos ofrece. - Dijo esta vez sonriendo y mostrando por unos pocos segundos sus ojos rojos, lo que me hizo sonreír al igual que él.
— Me encanta esa idea.
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Lucifer r.d
Fanfiction- ¿Quieres alejarte? - No, estare siguiendote por el resto de mi eternidad. - Dijo sonriendo mostrandome sus lindos hoyuelos.