1. Debes huir antes de que sea demasiado tarde.

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La luz cegadora de mi habitación me despertó, escuche los pasos de mi madre acercarse, abrió con una sonrisa en el rostro.


-Buen día cariño -su voz sonaba más chillona de lo normal yo solo asentí con la cabeza mientras me desperezaba.- El desayuno está listo, anda


Me levante y me recogí el cabello en un moño y fui detrás de mi madre hasta la cocina.

Mi padre estaba sentado en su lugar de siempre con una taza de café en mano y en la otra su tableta donde leía las noticias.


-Buenos días cielo -dijo sin mirarme


-Hola-dije con la voz más ronca de lo normal.


Durante todo el desayuno me mantuve ajena de la conversación, me di cuenta que entre más veces saliera menos me quedaban ganas de regresar,estaba harta de la estúpida rutina, de ser una rata de laboratorio y de no poder tener control en mi vida.


-¿Tu que dices Kathy? -mi madre me sacó de mis pensamientos.


-¿Eh?


-¿Si quieres un pastel de zanahoria para el sábado? Tu padre pedirá la noche libre así que podremos estar los tres juntos para celebrar tu cumpleaños -parecía realmente emocionada yo solo dije que si con la cabeza y me termine la fruta.

-Termine,voy a mi cuarto -dije mientras me levantaba. Mi padre me siguió hasta mi habitación y abrió la puerta pero antes de irme me dijo:


-Sé que no estás muy emocionada por tu cumpleaños pero ella se está esforzando, ¿podrías cooperar?


Lo miré con recelo.- Disculpa que no esté emocionada pero la mayoría de los adolescentes al cumplir 18 va a la universidad y se aleja de sus padres, yo ni si quiera puedo entrar o salir de mi cuarto sin que ustedes me abran -le ladré


-Creo que te recetaré un calmante, hoy no estas de buen humor -dijo como si yo no hubiera dicho lo que dije y antes de que pudiera negarme cerro la gran puerta de acero.


Estaba tan furiosa que golpee con los puños la puerta hasta que sentí la sangre salir por mis nudillos. Me los envolví con una toalla para detener el sangrado y me di un baño para calmar los nervios antes deque pudiera hacer otra estupidez.

No podía creer que me hicieran esto, estaba tan cansada de esta vida.

Cuando salí de la ducha vi a mi madre sentada en mi cama con una jeringa en mano y eso solo podía significar una cosa.


-Mamá, no -la voz se me cortó


-Es por tu bien cielo, mira lo que le has hecho a la puerta -dijo mirándome con falsa tristeza, la puerta tenía un especie de cráter que habían dejado mis puños.- Ven aquí -dijo poniéndose en pie


-No quiero que me vuelvan a dormir, escucha me comportaré ¿sí? Prometo no hacer otra escena, mejoraré ¿sí? Puedo ayudarte con el pastel incluso -estaba desesperándome. No podía dejar que me sedara otra vez


-Lo siento, son ordenes de tu padre -dijo con voz firme tomando mi muñeca y arrastrándome a la cama.


Al final decidí no dar pelea y ahorrar mis energías para el sábado,me acosté resignada y miré como la jeringa atravesaba mi piel,sentí los ojos pesados al instante y de pronto todo estaba oscuro.




Tengo pequeños flashback de los siguientes días, mi madre venía a verme por las mañanas a cambiarme el suero, el vendaje de las manos y adarme otro tranquilizante y mi padre venia por las noches a hacer lo mismo. No sabía cuantos días habían pasado pero cuando por fin mi cuerpo se estaba drenando de los sedantes y mi mente comenzaba atrabajar noté que habían cambiado la puerta y noté que estaba Max parada al lado mío con una jeringa en mano.


PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora