Ojo

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No era su sangre, abrió los ojos y vio como el ladrón se caía lentamente al suelo.Mucha sangre brotaba de su pecho.

Detrás de él reconoció quién estaba ahí, observándolo desde la obscuridad, su corazón comenzó a latir demasiado, su rostro pacífico cambió por completo. Era Ressik, lo presentía.

Minho caminó hasta el ladrón que estuvo a punto de matar a Taemin. Obligó a este que lo mirara a los ojos.

-¿Q-quién, eres?- Minho no respondió, le enterró un cuchillo en un ojo y luego lo sacó de golpe arrancándole el globo ocular. Los gritos del ladrón podían oírse en todos los rincones del barrio.

Taemin lo vio todo, nunca en su vida había visto algo semejante.

-Tu peor pesadilla- finalmente contestó Minho, metiendo sus dedos en el ojo que aún quedaba intacto en la cara del desgraciado ladrón.- La peor pesadilla de todos... pero el ángel guardián de este chico...

Le arrancó el ojo con sus propias manos.

El ladrón, finalmente cayó al suelo después de sus últimos alaridos.

La ropa de Taemin estaba manchada de sangre, nada comparado a la de Minho, estaba casi empapado de sangre.

Taemin no podía dar crédito a lo que estaba viendo. Minho metió los dedos en el charco de sangre que estaba en el suelo y se frotó los dedos ensangrentados en los labios, después de esto, depositó un beso en la frente de su víctima.

RESSIK

Ahora sí no le quedaba duda de lo que estaba viendo, era Ressik, el asesino más sanguinario y temido de toda Asia acababa de salvarle la vida. ¿Por qué? ¿Por qué a él? ¿Quién era él en verdad? su corazón comenzó a latir a un ritmo que lo asustaba.

-Siempre dicen- Minho hablo con voz insegura- que la primera impresión nunca se olvida...-Minho se bajó la capucha de su chamarra, estaba completamente lleno de sangre- siempre planeé como sería el día que te hablara- se arremangó, las heridas que tenía en su brazo estaban a la luz, Taemin podía verlas, se tocó los brazos recordando que él tenía unas similares...- pensé que quizá llegaría con una flor, tal vez una amarilla como tu color favorito- Minho sacó una flor medio marchita de su chamarra, tenía pocos pétalos ya- claro más linda que esta.- Minho se arrodilló al frente de Taemin- pero siempre arruino todo...

Taemin miró a Minho, vio sus ojos tristes cuando se arrodilló en el suelo, no se veía agresivo, no se veía sanguinario ni mucho menos como un monstruo. Se veía como un humano, un humano herido e infeliz... justo como él.

Taemin tomó la flor amarilla de las manos de Minho. El temido asesino alzó la mirada ante este inesperado gesto.

-Es una flor muy bonita...nadie me había regalado algo tan lindo antes- Taemin no estaba siendo modesto, en verdad, era para él, la flor más hermosa que jamás había visto...- La conservaré siempre- Taemin esbozó una sonrisa.

Minho no pudo evitar sonreír, era la primera vez que lo hacía en años, su corazón se llenó de una inexplicable alegría. Taemin le devolvió la sonrisa.

-Hace años que no veía tu sonrisa... es hermosa- Minho se puso de pie y alzó su mano para tocar el rostro de Taemin, cuando vio lo manchadas que estaban sus manos decidió no hacerlo y comenzó a escuchar voces en su cabeza.

"Mátalo""Arráncale los ojos""Su sangre...ve de qué color es su sangre""Él nunca te va a amar"

Taemin tomó la mano de Minho y se la llevó a la cara.

-¡No! ¡Te estoy manchando!- Minho intentó quitar su mano pero Taemin la presionó más contra su rostro.

-No importa, tu mano... es muy hermosa...

Taemin, era un chico que repudiaba los chocolates, el dinero, la gente rica y famosa que se le acercaba gracias a su madre, los chicos más super dotados de su clase que no dejaban de perseguirlo, las chicas más hermosas que no le quitaban la mirada de encima. Él repudiaba todo eso y más... pero le parecía hermoso que un asesino serial lo haya estado siguiendo por años, le haya regalado una flor marchita después de haber asesinado a alguien al frente de él y que encima de esto le estuviera acariciando el rostro con la mano llena de sangre... Un momento hermoso... visto desde una perspectiva inentendible.

-ASESINO- El grito de una mujer que interrumpió el momento de Minho y Taemin- ¡¡¡¡¡ASESINO!!!! ¡DEJA AL CHICO EN PAZ!

Minho entró en pánico, las voces que escuchaba se hicieron más fuertes. No, por fin estaba con el amor de su vida, no podían interrumpir su momento, no, nadie podía hacerle eso.

-CÁLLATE- Minho tomó el arma del asaltante y le disparó en la cabeza. La señora calló de rodillas en el asfalto, Minho caminó hacia la señora sin siquiera escuchar los ruidos que en la calle comenzaban a escucharse, sin ver las luces que comenzaban a encenderse.

Taemin lo notó, tomó el brazo de Minho, este reaccionó.

-Vendrán por ti.-Minho reaccionó al instante, tiró el arma al suelo y corrió junto con Taemin.

Corrían y corrían, el sonido de las patrullas se hacía más fuerte.

Taemin llevó a Minho hasta un callejón que parecía sin salida, sólo había unas escaleras metálicas.

-Ven- Taemin comenzó a subir las escaleras. Minho lo siguió. Llegaron hasta la azotea de un edificio y brincaron a otro que estaba al lado.

Minho seguía a Taemin con el corazón latiéndole como loco, el amor de su vida estaba con él, y lo estaba ayudando.Era como un sueño hecho realidad.

Finalmente llegaron a un edificio de departamentos, Taemin brincó a un balcón del último piso, Minho lo siguió, había mucha luz allí, los atraparían.

-Taemin-Minho estaba desesperado, sentía miedo, no quería que lo alejaran del amor de su vida... No quería regresar a la cárcel.

-Calla, dame un minuto- Taemin abrió la puerta con una llave que tenía en una maceta, siempre la había dejado ahí sin razón alguna.

Todo parecía tener sentido en este momento. Como si lo hubiera esperado durante todo este tiempo.

Entraron casi corriendo al escuchar que la policía estaba afuera del edificio. La tensión comenzaba a aumentar. Las esperanzas se caían al suelo.

Taemin cayó en la cama y Minho cayó sobre él. Varias cosas cayeron al suelo y causaron un horrible estruendo.

Estaban en la obscuridad, uno sobre el otro, completamente en silencio, lo único que se escuchaba era el sonido de su respiración y los latidos de sus corazones.
Hasta que una voz desde afuera irrumpió con el silencio en su habitación.

-¿Quién anda ahí?

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