La no-amnesia de mis recuerdos.

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Entre el silencio, la luz y el deseó te mire, tan sola, tan rota, tus vértices caídos, el par de circulos estelares que llevas por ojos se apagaron, y parecía entenderlo, aunque no queria, aun que si, si me dolia, lo sabía, más sin en cambió tome la venda y la até voluntariamente a mis ojos, la clave a mi piel, lacerandome, deseando la ceguera, creí que entonces no te irías, era mi forma desesperada de decirte a gritos,  a suplicas que te quedaras, que quererme igual no era un requisito, que bastaba con tu presencia a medias, era mi forma de mantenerme viva.
Pero las mentiras no suelen durar una vida.

Me llevaras a rehabilitación, y me abandonaras ahí, me tocara ver la vida sin ti.

¡Como duele Dios!, ¡Como me arden los enigmas y ciclos mentales en los que recuerdo!, ¡Quiero la amnesia Dios!, escuchame, quiero el olvidó.
Quiero olvidarme de los días que parecían primavera en pleno invierno, quiero olvidarme de que ya me olvide de su voz, quiero olvidarme del sonido, de la melodía que componía mi cabeza cuándo estaba a su lado.

Y entonces la mire, la mire con otro, y el aire se fue de mis pulmones y desde que no te veo ya no te siento, ya no te encuentro, moriste, moriste igual que yo.

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