El viento que nos conecta

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Las tardes se van quedando cortas.

Las noches apenas si son un suspiro

La rehabilitación no es lo ideal.

No podía encadenarme a tu cintura amada mía, y lo siento, aunque tu no sientas nada.

Ahora me odias, tanto como el resto y tan poco cómo deseó.

Odiame más mi vicio, mi enigma mental.

Te convertí en versos, de esos que se leen en silencio.

Sin tu permiso y lo siento, si, lo siento.

Si pudiera decirte una ultima cosa no sería que te cuides, el amor es muy peligroso cómo para tomarse tan a la ligera, el amor trae secuelas, si, lo dice en las letras pequeñas de ese contrató invisible, amor, no te dire que te cuides, ama tanto como tengas que hacerlo, pero no te lo tomes tan personal.

No te diría que si, que hay noches en las que todavía te amo, que todavía me despierto a mitad de un sueño sintiendo lástima por mí.

No te diría cuán de inmenso fue mi amor por ti, cuantas veces me perdi y asfixie en el, una tristeza tenerlo que arrojar a la basura.

Sólo hay una cosa en mi mente, lo gritó instintivamente al pensarte y no deja de dar vueltas en los ríos metafísicos de los que tanto he leído en los meses despues de ti.

Lo siento, se que no te importa una disculpa, tal vez fui demasiado bruta cómo para notarlo, pero te prometo que no podía ver más allá de mí, lo siento por cada dolor que cause, por ser tan asquerosamente yo; por lastimarte día tras día mientras te tuve.

Se que no me disculparas, pero también se que esto ni siquiera llegará a ti.

Dejaré que mis palabras sean arrastradas por el viento, hasta que un día simplemente lo sepas


No soy Poesía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora