Observo por última vez a el hombre que yo misma he matado y aparto la vista con lagrimas en los ojos. Mi mente solo albergaba la imagen de cómo poco a poco le fui quitando la vida a ese hombre. Como poco a poco este maldito collar ha matado a una persona.
Miro a Paul y el viene hacia mi y me abraza. Siento sus músculos contra mis brazos y su boca en mi pelo.
-Tranquila - susurró Paul mientras me abrazaba.
Me separo y le miro a los ojos. Lo único que veo en sus verdes ojos es pena, pena por mi.
-No quiero esto, no quiero volver a hacerlo. Ni si quiera a una roca.
-Tranquila Amelie, te acabarás acostumbrando, son criminales. -dijo Rick de forma tranquila.
La rabia comenzó a inundarme. Y comencé a tener asco a esta situación.
-¡Cómo puedes decir que me acabaré acostumbrando a matar gente! ¡Son personas Rick, por mucho daño que hayan hecho no merecen morir! - dije chillando y llorando de la rabia.
Paul toca mi brazo de modo tranquilizador pero me aparto bruscamente.
-¡Déjame Paul! No quiero estar aquí, no quiero matar gente, no quiero salvar nada.
Cojo el collar y lo arranco de mi cuello. Se lo tiro a Paul y salgo corriendo de la sala. Me seco las lagrimas y cruzo el castillo hasta la salida. Oigo como Paul chilla mi nombre nervioso, pero prefiero no oír su voz ya que podría hacerme cambiar de opinión.
-¿Donde va señorita? -dijo el elfo que guardaba la puerta.
No le contesto, me limito a mirarle con cara enfadada, frunciendo el ceño y arrugando mis labios y él sin rechistar, abrió la puerta. Al menos, alguien que no me obligaba a nada.
Salgo por la puerta y me desvío por un camino. Notaba como poco a poco iba dejando atrás esa rabia y enfado. Comencé a adentrarme en el bosque. Miraba a mi alrededor, como desaparecía entre la maleza y el olor a hierba y hojas me tranquilizaba. Me encantaba el olor a bosque, a naturaleza. Supongo que no todo el mundo valora la naturaleza, pero si tan siquiera pisaran estos campos una vez, cambiarían de idea.
Mi cabeza seguía dándole vueltas a lo que había pasado hace media hora. Como maté a una persona y como Paul me miraba con pena, nunca le vi mirándome así. Tal vez, no me esté contando la verdad sobre lo que me espera, o tal vez, piense que soy demasiado débil. No quiero que nadie me mire con cara de pena, me haré fuerte.
Me paro y me siento en una piedra enorme. Siento que el único lugar donde soy feliz y estoy agusto es el campo y rodeada de tranquilidad. Me inundo en el silencio, pero de repente, unas pisadas me ponen alerta. Escucho con atención unos cuchicheos a lo lejos.
-''¿Estas seguro de que se fue de la fortaleza?''
-''Callate Louis. Confía en la bruja. Ella sabe lo que hace. Seguro que está por aquí y ahora cállate.''
ESTÁS LEYENDO
Elemental
FantasiAmelie es una chica normal. En su vuelta al instituto presencia un accidente donde algo le llama la atención. Después de este suceso, se replantea que es real y que no. Paul, un chico extrañamente protector le despeja esta duda.