Capitulo 10.

21 1 0
                                    

Observo por última vez a el hombre que yo misma he matado y aparto la vista con lagrimas en los ojos. Mi mente solo albergaba la imagen de cómo poco a poco le fui quitando la vida a ese hombre. Como poco a poco este maldito collar ha matado a una persona.

Miro a Paul y el viene hacia mi y me abraza. Siento sus músculos contra mis brazos y su boca en mi pelo.

-Tranquila - susurró Paul mientras me abrazaba.

Me separo y le miro a los ojos. Lo único que veo en sus verdes ojos es pena, pena por mi.

-No quiero esto, no quiero volver a hacerlo. Ni si quiera a una roca.

-Tranquila Amelie, te acabarás acostumbrando, son criminales. -dijo Rick de forma tranquila.

La rabia comenzó a inundarme. Y comencé a tener asco a esta situación.

-¡Cómo puedes decir que me acabaré acostumbrando a matar gente! ¡Son personas Rick, por mucho daño que hayan hecho no merecen morir! - dije chillando y llorando de la rabia.

Paul toca mi brazo de modo tranquilizador pero me aparto bruscamente.

-¡Déjame Paul! No quiero estar aquí, no quiero matar gente, no quiero salvar nada.

Cojo el collar y lo arranco de mi cuello. Se lo tiro a Paul y salgo corriendo de la sala. Me seco las lagrimas y cruzo el castillo hasta la salida. Oigo como Paul chilla mi nombre nervioso, pero prefiero no oír su voz ya que podría hacerme cambiar de opinión.

-¿Donde va señorita? -dijo el elfo que guardaba la puerta.

No le contesto, me limito a mirarle con cara enfadada, frunciendo el ceño y arrugando mis labios y él sin rechistar, abrió la puerta. Al menos, alguien que no me obligaba a nada.

Salgo por la puerta y me desvío por un camino. Notaba como poco a poco iba dejando atrás esa rabia y enfado. Comencé a adentrarme en el bosque. Miraba a mi alrededor, como desaparecía entre la maleza y el olor a hierba y hojas me tranquilizaba. Me encantaba el olor a bosque, a naturaleza. Supongo que no todo el mundo valora la naturaleza, pero si tan siquiera pisaran estos campos una vez, cambiarían de idea.

Mi cabeza seguía dándole vueltas a lo que había pasado hace media hora. Como maté a una persona y como Paul me miraba con pena, nunca le vi mirándome así. Tal vez, no me esté contando la verdad sobre lo que me espera, o tal vez, piense que soy demasiado débil. No quiero que nadie me mire con cara de pena, me haré fuerte.

Me paro y me siento en una piedra enorme. Siento que el único lugar donde soy feliz y estoy agusto es el campo y rodeada de tranquilidad. Me inundo en el silencio, pero de repente, unas pisadas me ponen alerta. Escucho con atención unos cuchicheos a lo lejos.

-''¿Estas seguro de que se fue de la fortaleza?''

-''Callate Louis. Confía en la bruja. Ella sabe lo que hace. Seguro que está por aquí y ahora cállate.''

ElementalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora