Imposible

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Un nuevo día surgía en el planeta del destructor anunciado por el despuntar del alba en el horizonte, desplazando poco a poco los colores obscuros del firmamento nocturno por los claros y cálidos propios del arribo del astro solar.

Los rayos luminicentes invadieron las habitaciones con ventanas, balcones o ventanales enormes, viéndose bañadas por la luz deslumbrante y clara de la fresca mañana. Bills detestaba que dichos rayos dorados interrumpiesen su letargo al filtrarse por alguna vidriera, ventana o cualquier cosa parecida, así que ordenó a Whis retirar los vitrales que anteriormente decoraban las paredes de su recámara hace eones, junto con la pequeña terraza con vista al jardín en el lado derecho del dormitorio, y cerrar por completo la gran habitación.

Por ese motivo sus aposentos eran obscuros, con un olor a humedad que de cierta forma era de ayuda para pacificar sus ideas y sentidos antes de caer en la inconsciencia del sueño. Sin embargo, la sala de estar no poseía ninguna índole por donde la luz del sol pudiera colarse directamente e interrumpir su no tan armonioso pernoctar, algo fuera de lo común lo turbo entre sueños haciendo que comenzará a desadormecerse.

Soltó un quejido y se rebulló incómodo sobre la losa cuando hizo por moverse. Los músculos y huesos de su espalda respondieron al movimiento con doloroso malestar entre los omoplatos y la espina dorsal a consecuencia de dormir sobre una superficie fríamente dura en una sola posición durante horas. Consiguió estirar los brazos de forma aparatosa sintiendo la satisfactoria tensión en los músculos seguido de un bostezo profundo. Aún no podía desperezarse del todo pero, pese a su estado encamorrado localizó algo fuera de lugar en el ambiente. Sus orejas fueron las primeras en captar la extrañeza. Se torcieron débilmente dando ligeros espasmos por cortos segundos logrando percibir un ruido estridente, agudo e intenso, parecido al estallido de sus bombas despertadoras.

Arrugó el entrecejo después de que el pensamiento fuera analizado débilmente por su cabeza, recordaba vagamente lo que había sucedido la  noche anterior y estaba consciente  de que no se encontraba en su habitación personal, sino en el piso de la sala principal. Por muy dormido que pudiera estar, siempre recordaba el lugar en donde el sueño le pillaba. Era una habilidad perteneciente a su instinto natural de supervivencia que agradecía. Así que la opción de que el ruido que lo despertó fuera una explosión causada por uno de sus despertadores quedó descartada y el hecho de que haya detonado alguna desde sus aposentos era imposible ya que tampoco recordaba el haber programado alguna y de ninguna manera explotarían por sí solas.

La estridencia parecía no cesar, por el contrario, daba la sensación de que cobraba más fuerza conforme él recuperaba el sentido. Era algo parecido a un grito agudo acompañado de gimoteos. En definitiva, no se trataba de un despertador mal programado quizá, los dos Saiyajins habían llegado a su planeta mientras él dormía y se encontraban haciendo escándalo por todo el jardín trasero con Whis.

Esa remota opción tuvo sentido por un momento y hubiera regresado a dormir sino fuera por el hecho de que no podía percibir otro ki diferente al de Whis y al suyo, sumando el hecho de que si Whis hubiera despertado antes, le hubiera trasladado a su recámara o en su defecto le hubiese despertado antes de hacer otra cosa.

De hecho, eso era lo segundo más extraño, seguía recostado en el suelo. Eso quería decir que Whis seguía dormido y que él había despertado mucho antes que el ángel. Ese hecho lo desconcertó más. No sabe a ciencia cierta si Whis tiene o no la necesidad de dormir o si lleva acabó la acción en cierta hora de la madrugada ya que nunca lo ha visto dormir hasta ayer en la noche. Pero de algo sí está seguro y es que su asistente siempre es el primero al estar a la orden del día a primera hora del mismo.

La incertidumbre de la situación alejó lo que le quedaba de sueño y el dolor muscular invadió su cuerpo despierto. El chasquido de sus huesos fue audible y el dolor punzante en el centro de la espalda le recorrió toda la espina dorsal. Maldijo en voz baja al piso por debajo de él. La losa dura y poco flexible hizo estragos en su cuerpo. Está acostumbrado a dormir en una cama suave, acolchada y caliente, no en el piso frío y férreo de su castillo. "Debí de haberme quedado en el sofá.' Lamentó internamente su falta de sentido común. Tenía el sofá vacío casi a un lado sólo para él y prefirió dormir en el suelo. "Que inteligente.'  Resopló fastidiado y prefirió girarse hacía un costado para acomodarse y apoyar su peso en el hombro derecho sintiendo alivio en la espalda baja por el cambio de apoyo.

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2018 ⏰

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