Ana

Parte 3

Como siempre, los padres de Ana comienzan a pelear de la noche, pero el problema ya no era ese, sino que Ana ya no podía dormir por eso; aunque solo dormía porque lo necesitaba, no porque le encantara hacerlo, porque de todos modos el día siguiente iba a ser igual o peor al anterior; y sin nada más que hacer, esperó a la siguiente mañana.

A causa de no haber podido dormir, Ana consiguió unas horribles ojeras; una razón más para burlarse de ella en la escuela; obviamente a las divas no se les iba a pasar ese detalle, así que, como siempre, comenzaron a molestarla y burlarse de ella hasta la hora de la salida.

Ana comenzó a dar marcha camino a casa, pero unas cuadras antes de llegar, se topó con las chicas que la molestan en la escuela junto con  otros chicos; ellos le tapaton el paso, y como señal de burla hacia sus papás, comenzaron a encender y fumarse unos cigarrillos y beber alcohol mientras se burlaban y la insultaban. Harta de eso, lo único que hizo fue llorar, empujarlos y correr hacia su casa.

Cuando Ana llegó a casa, afortunadamente sus padres estaban dormidos, así que tuvo la suerte de no estar escuchando ni presenciando ninguna discusión. Se hizo de comer, comió sola y comenzó a realizar su tarea de la escuela, y al haber terminado eso, se aseó, comenzó a ler su libro favorito: "Un viejo gato Gris mirando por la ventana", mientras escuchaba su banda favorita: "The Beatles". Como ya era tarde, decidió irse a dormir ya, con la esperanza de poder hacerlo ya de una vez por todas, porque estaba que lloraba del cansancio.

Entonces, sus padres comenzaron a fumar, ponerse todos ebrios con alcohol, y pelear; lamentablemente, de nuevo tuvo problemas para dormir. Apenas podía cerrar sus ojos, pero nadie puede cerrar los oídos, así que solo intentó ignorar a sus padres. Desafortunadamente, no pudo ignorar lo que vino después. Sus padres entraron de manera violenta al cuarto de Ana, prendieron la luz y se aproximaron bruscamente a su cama y la tiraron de ahí de un solo golpe; ellos jamás habían golpeado a Ana, pero como todos sabemos: siempre hay una primera vez para todo. 

Estando Ana en el suelo con lágrimas hasta el cuello, sus padres comenzaron a gritarle, quejándose de que no sabía hacer nada bien (el problema fue que Ana olvidó encender la vela de la Virgen a la que tienen altar en su sala-comedor, cosa que por ebriedad a su madre enfureció y en un complot de furia a su padre unió), así que, sin advertencia alguna, su madre la pateó dos veces: una vez en el estómago, y otra en la pierna izquierda. Pero como su padre era Ateo, le importó un carajo y regresó al comedor a beber mientras le gritaba en el camino a Ana lo inútil que era.

 Como a su madre no le pareció suficiente la lección que le dió, tomó un cinto negro que Ana tenía colgado en la cabecera de su cama y la golpeó con él, dejándole terribles marcas ( una en la mano izquierda, que abarcó solo sus nudillos; una en el antebrazo marcándole sólo un tercio de él; dos en su columna; una en su omóplato del lado izquierdo; y finalmete la peor, un moretón de aproximadamente 10 x 20 centímetros ( de manera asimétrica)   en su muslo izquierdo, trayendo como consecuencia que no pudiera sentarse bien ni de manera cómodad), lanzó el cinturón a algún rincón del cuarto y la agarró de su cabello con una mano, la levantó y la asotó contra la pared; mientras estaba su cara junto al cemento tibio, su madre le empezó a pedir una explicación sobre lo que hizo y al mismo tiempo diciéndole de lo harta que estaba de todo lo que hacía, y que si no le daba la explicación en ése instante, le iba a ir peor, a lo que por miedo, le dijo la verdad: que fue que lo había olvidado; por enojo ( y borrachera), la jaló de nuevo y la asotó aún más fuerte, pero ahora contra su ropero, haciendo que éste se agitara lo suficiente como para tumbar algunos objetos que se encontraban en la parte de arriba, y dejándole un lado de la cabeza y el cuello lastimado a su hija.

Al mismo tiempo, su madre le recordaba lo tonta que era; que ojalá no hubiera nacido; que era el peor error que había cometido en su vida, y que desearía que la que se hubiera muerto hubiera sido ella y no su hermana mayor ( María; una historia que contaremos después). Finalmente, terminó su "disciplinada" lanzando a Ana hacia su cama y saliendo del cuarto asotando la puerta.

Lo único que hizo Ana, fue llorar, no por la golpiza que le había otorgado su madre, sino por la tristeza que le provocaba recordar a su única ( y muerta) hermana mayor. Al final, terminó durmiéndose del cansancio.