Parte 5

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Ana olvidó levantarse al día siguiente para ir a la escuela (más bien, esa fue la excusa que puso; decidió quedarse en casa, ya que no quería que nadie le viera sus golpes; no quería darles a sus compañeros más razones para burlarse de ella y de sus padres), así que tuvo que encargarse de cuidar la casa. Como siempre, desayunó sola, mientras veía un aserie de policías que arrestaban adolescentes que portaban droga ilegal, etcétera, etcétera; todo ese rollo.

Mientras veía la serie, o más bien, mientras estaba en comerciales, se aburrió de verlos, ya que eran esos de compras por televisión de dietas y cosas para bajar muchos kilos en pocos días, así que miró sus pantunflas, eran unos gatitos rosas con una cara tierna y una enorme sonrisa; se preguntó qué razones tenían para sel felices, si habían sido mordidos por un perro (su perro de la infancia cuikley (pronunciado cuicly) que en paz descanse), ensuciados con lodo, salsa, leche, polvo; de todo un poco, pisoteados, arrumbados, y con una orea rota de uno y otro sin ojo. Se preguntaba por qué si tenían una vida miserable sonreían. Pero como no tenía tiempo para eso, se terminó su avena y comenzó a lavar los trastes.

Más tarde, llegaron sus padres de trabajar; Ana ya tenía lista la comida, pero por la costumbre de comer sola (y el inconveniente de la noche anterior), decidió comer antes de que ellos llegaran, y en cuanto se sentaron a comer, se metió a su cuarto a leer su libro favorito: matar a un ruiseñor.

Como no asistió a clases; no tenía celular; ni amigos, no hubo manera de que pudiera realizar sus tareas escolares, así que lo que hizo en la tarde, fue comer su cereal preferido Captain Crunch mezclado con Lucky Charms; leer; escuchar a sus padres riendo y gritando como locos a causa del alcohol.

Al final del día, no salió a cenar, ya que en el transcurso de este había estado comiendo cereal; así que solo tomó una ducha tibia; se lavó los dientes; se puso su pijama; leyó por última vez e intentó dormir, cosa que no resultó de manera exitosa nuevamente; lamentablemente, sólo pudo dormir aproximadamente unos quince minutos en la madrugada.

AnaWhere stories live. Discover now