Se asoma por el marco de la puerta con una sonrisa juguetona.—Dijiste que hoy estrías muy ocupado ¿Pasó algo?— Se ríe suavemente llegando hasta mi, pone su pulgar en mi mejilla y recita la mejor declaración de amor de todos los tiempos.
—Lo estoy. Pero para ti saco tiempo de donde no lo tengo.