Martes en la mañana; mamá vuelve a repetir lo mismo de ayer, despertándome con su tono de voz muy elevada, llegando hacia mi alcoba, posándose en la puerta me dice “al colegio guapo”, me quedo con la duda de que significará la palabra “guapo”, sería mejor ir a preguntar a Anny ya que ella es de las mías y entiende su vocabulario, entro a su alcoba y se lo pregunto a lo que ella responde:
- Que eres hermoso y apuesto- lanza una sonrisa y repite de nuevo el abrazo de ayer pero ahora yo también lo hago.
Fui a mi alcoba, me siento algo incómodo con lo que me está pasando, me observe en el cristal que muestra mi imagen y mis mejillas se han vuelto algo rojizas; luego escucho un ruido extraño dentro de mí, reviso mi sistema para ver si algo andaba mal, pero no, todo estaba excelente; este ruido dentro mío ya me tenía arto no lo soportaba, en un momento dado sentí que podría, si quisiera, devorar el mundo entero…
Bajé rápidamente, no quería molestar a mi madre pero se lo dije en un tono muy asustado lo que me pasaba, ella suavemente me dijo:
-Tienes hambre mi pequeño, dime ¿qué quieres de comer?- A lo que yo le contesto:
-No importa, solo quiero que se vaya de este horrible y molesto sonido. Me preparó unas gigantes galletas cubiertas de miel y un líquido blanco, algo que sale de algún animal… algo llamado “leche”, el cual tenía la calidez de un abrazo, pero esta vez esa calidez se siente en las papilas gustativas…
Subimos de nuevo a la cosa de cuatro ruedas, para ir de nuevo al lugar llamado colegio. Llegamos, Anny fue la primera en salir para estar con los “normales diminutos” yo tengo que estar con los normales más jóvenes, al sonar el primer ¡ring!, todos entran a esos salones, entre al salón que me correspondía; trate de sentarme y volví a caer, todos los normales que se encontraban allí, sonaban en tono de burla, lanzando sonrisas macabras que me tenían asustado….o algo así…
El individuo de ayer volvió a ofrecerme su ayuda de nuevo, después de haberme sentado se sentó junto a mí y me hiso un interrogatorio:
- ¿Cómo es tu nombre?- a lo que yo respondí Dylan, él se presentó:
- Soy Patrick.
Hablamos antes de que el tal “profesor” o como yo le llamo “normal de especie calva” entre a darnos informaciones sobre otros tipos de vida que no conocía, como que hay seres que habitan en el agua y el aire, etc. Así también pasaron otros “profesores” exponiendo temas interesantes que te daban curiosidad.
Sonó el segundo ¡ring! al salir de esa sala me fui en compañía de Patrick hasta lo que ellos llaman “cafetería”, creo que ya tenemos un lazo de relacionamiento afectivo. Allí me encontré con esos individuos que se burlaron, me lanzaron al suelo, diciendo:
- Besa el suelo, ¡pedazo de mierda! No sabía lo que decía así que le respondí: - No entiendo lo que me estás diciendo… el sujeto, elevando la voz dijo:
-Que beses el suelo, ¡mierda! Me tiro contra el suelo, no hiso nada pero luego mi sentido auditivo capto algunas burlas, y a algunos individuos diciéndome que soy un raro, que tengo la pierna de un robot… que soy un pedazo de hojalata…todos se reían de mí, en ese momento sentí algo mucho más raro que los días pasados, era como algo que me tenía depresivo, me sentí tan mal que sentí que un líquido me corría por el rostro.
No veía la hora de desaparecer de ese lugar, ya no quiero volver allí.
El sonido del tercer ¡ring! del día hace que el silencio desaparezca del salón, todos vuelven a salir como si el mundo fuera a acabarse.
Llegamos a nuestro hogar, mamá nos recibió como siempre con una sonrisa, yo siempre he querido abrazar a mi madre; dicen que el abrazo de una madre es como sentirse en otra dimensión, te sientes muy seguro y te calma…
Me voy frente a mamá, ella me pregunta:
- ¿Cómo fue tu día en el colegio hijo? , a lo que yo respondo con un abrazo. Ella me abraza más fuerte diciéndome:
-Sé que es difícil por lo que pasas corazón, pero sé que luego todo esto mejorará…Ella me acaricia la frente con sus labios, dejando un toque de fragancia en la misma…
Cae la noche; y como todas las noches siempre ayudo a mi padre a vaciar la cosa redonda de un material que desconozco aun. Mi padre me dice:
- Puedes retirarte e ir a tu habitación.
Y así lo hago, no puedo hacer otra cosa más que obedecer sus órdenes.
Subo arriba, me detengo, y observo a Anny que se encuentra en compañía de mamá. Ambas lanzas pequeñas sonrisas y hacen contacto con sus manos, observándolas a ambas lanzo una sonrisa y me dirijo a mi alcoba.
Me recuesto en mi nube, cierro los ojos y allí está de nuevo, el sueño que me vuelve a recordar mi frio pasado.
Cuando abro mis ojos miro el reloj, son las 03:10 am. Me siento un poco raro, algo en mi cabeza robótica me está estorbando. Bajo a la sala, esta todo oscuro… voy nuevamente hacia arriba y veo la puerta del cuarto de mis padres entre abierta. Ingreso a su aposento, los observo y me quedo pensando… ¿cómo estas personas maravillosas quieren tanto a alguien como yo? Me dieron a Anny, mi compañera, que a pesar de ser pequeñita, es una gran “normal”.
Voy a lo de Anny, la observo, ella recostada en su nube, con una materia entre sus brazos, de repente la abraza fuertemente… me asusto un poco. Anny entreabre sus ojitos resplandecientes y me observa ahí parado. Sonríe, y me hace un lugar en su nube acogedora.
Me acerco a ella, y me siento en su nube, ella hace lo mismo, me mira fijamente y una vez más repite esa extraña frase: Te Quiero Hermano.
- Me siento extraño Anny, no soy yo. Desde que llegaste comencé a experimentar cosas que nunca antes había hecho… conozco más cosas, me adapto más a este mundo, y todo gracias a ti, hermana diminuta.
- Dime hermanita Dylan, ¿sí?- me dice ella, con voz angelical, lo cual le caracteriza.
- Hermanita, lo repito yo.
Ella solo lanza una de esas sonrisas nuevamente, y me muestra a su materia esponjosa con la cual duerme.
- Él es Ossy… mi fiel compañero, siempre ha estado conmigo, es muy importante para mí pero ¿sabes?, está en tercer lugar ahora, segundo están mamá y papá, pero Tú estás primero, ante todo.
Sentí como fluía algo dentro de mí como una descarga eléctrica. Nunca me imaginé que alguien me diría eso, me sentí importante, por primera vez.
- Gracias Anny, nunca recibí tanto sentimiento afectivo. Gracias.