El Ravenclaw

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Porfín, porfín porfín porfín. Porfín la cena en el Gran Comedor, esta es una de las razones por las que amo Hogwarts, la comida, aquellos elfos que cocinan deberían ser famosos chefs ganadores de esos programas muggles de cocina, enrealidad, no miento. Todos esos pastelillos llamándome y el tocino revuelto con huevo tentándome, pero tengo que esperar a que todos lleguen al comedor y el director de su típico y bizarro discurso.

Reconozco rostros familiares y amigos no tan cercanos, primero se me acerca Demetria, un nombre muy americano, todos dicen, pero a mi me parece un lindo nombre.

      -¡Hey, Janie! – dice ella - ¡Hey Demi! – le respondo. Me cae bien, pero sinceramente no quiero comenzar una conversación con ella, tan solo quiero comer y dormir.

Despues se me acerca John Smith “común” para el resto del colegio, un apodo algo insultante pero muy cierto. No tengo oportunidad de decirle nada porque apenas lo veo el me besa. ¡¿Qué demonios?!

-         ¡Qué te pasa!, aléjate pervertido.

Quizá reaccione así porque acaba de arruinar mi sueño del primer beso mágico, maldito hijo de puta, pero él ya se estaba muriendo de risa, acompañado de un chico que podría decirse “alto” con ojos grises, que es… guapo.

. Tranquila Janie, es tan solo una broma – dice ahogado entre risas- tranquila.

Le saco le lengua con mala cara, pero él me cae muy bien y no puedo evitar reir yo también y abrazarlo.

-Esta bien, John

-¿Hola?, estaba esperando a que John me presentara pero como parece que jamás lo hará –dice esto último a John- siempre han dicho que una buena introducción a una chica es que alguien te presente, pero yo no lo creo. Eso me puso algo incómoda, aunque aún cabía la posibilidad de que le hablara a Cassie.

Aquel chico era castaño, un castaño claro con unos cuantos destellos rubios en su cabello con unos hermosos ojos grises, siempre he adorado ese tipo de ojos, te dan un toque fantasmal, es como si estuvieran allí físicamente pero no estuvieran en realidad, como si no te vieran como si miraran más alla de tí o hasta que como si pudieran ver tu alma, es casi tétrico. Al ver bien sus ojos pude apreciar que había algo especial en ellos, sus ojos eran más claros que el color normal que debería ser el gris, eran casi blancos y aparte que jamás había visto un castaño con ojos grises…

-¿Me vas a saludar o  te vas a quedar mirándome?, quizá sí debí esperar a que John me presentara…

-Ahh... hola – suelto una risita tonta- me llamo Janie, Janie McCain.

-McCain, suena a nombre de villano de películas muggles.

Sus fugaces respuestas me abrumaban y me dejaban sin habla, pero yo no soy de esas estúpidas niñas que se hacen las tontas para conseguir chicos.

-         ¿Y tú?

-         Gabriel Collins – me responde

-         Que curioso… y por qué tú no le dices “común” a John igual que todos los chicos de Hogwarts?

-         Me parece extremadamente estúpido y para gente sin cerebro – wow, parece haberme leído la mente – y aparte estoy en contra del bullyng hacia mi Johnny.

A continuación pasó un brazo alrededor de John y lo miró con una cara muy tierna, casi enamorada.

-         Ok, antes de que esto se vuelva más incómodo aún les aviso que el Director Dumbledore ya llegó a su sitio. Así que vámonos, nalgón. Adiós a todos.

-         ¿Nalgón?

-         Es que este sujeto tiene unas nalgas…

Preferí no contestar a ello, los dos se dan la vuelta y se van caminando y efectivamente tenía un gran trasero que le sobresalía como un bulto de la túnica.

-¡Hey, algo más! – le grito – ¿de qué casa eres?

-Ravenclaw – Y me guiña un ojo.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2014 ⏰

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