Capítulo V

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Y ella se encontraba cabreada, ¿Por qué hoy? ¿Por qué de todos los días tenia ocurrir justo hoy? Refunfuñaba una chica de cabellos azabache mientras se dirigía a la máquina expendedora por una bebida para ella y sus ahora dos acompañantes y es que se suponía que todo tendría que salir color de rosa, o por lo menos, lo estaba siendo de alguna manera al principio, pero para desgracia de ella las cosas buenas no duran por mucho. Hoy después de semanas de tanto insistirle, Boruto había dado el brazo a torcer y aceptado a acompañarla a un día de campo, de todas maneras no tendrían misiones hasta nuevo aviso, las cosas por Konoha estaban realmente tranquilas en estos momentos y podía respirarse paz y armonía entre las calles de la aldea. Así que toda ilusionada se desveló hasta tarde preparando todo lo que deberían llevar para mañana, estaba segura que podrían lograr un avance entre ellos, realmente lo creía así, además debía aprovechar que el rubio últimamente volvía de a poco a ser como en tiempos pasados, dejándose llevar por los demás, y no rehuyendo de las personas para aislarse en su soledad. Con una sonrisa en el rostro termino de guardar los almuerzos en una mochila, mientras escuchaba a su madre hablarle y darle consejos de como tendría que actuar en la cita.


-Mierda-. Se quejó pateando el cesto de basura que se encontraba al lado de la máquina expendedora. -Eres un imbécil Boruto.

Gruño Sarada mientras apretaba un botón y esperaba las bebidas de forma exasperada.

-¡Kyaa! Más alto tío Boruto.

Escucho no muy lejos de donde se encontraba en estos momentos, observando con molestia la escena que frente a ella se desarrollaba y es que después de pasear por algunos basares en la aldea, ella tuvo la brillante idea de pasar por aquel negocio que en antaño su amiga ChouChou la llevo, aquel lugar donde podías conseguir cualquier tipo de cosas referentes a otras aldeas, así que creyó que antes de poder terminar con su tan anhelado picnic podrían darse una vuelta por allí y conseguir un par de cosas que a ella se le había olvidado empacar, eso fue sin lugar a dudas una de las peores ideas pudo habérsele ocurrido el día de hoy.

-Mira Boruto, llevemos esto de aquí y esto también-. Señalo la Uchiha mientras colocaba la mercadería en un pequeño cesto.

-Bien.

-Vamos Boruto, por lo menos pon un poco más de entusiasmo ¡Shannaro! - corrigió la azabache a su compañero. Este solo se limitó a suspirar y asentir con la cabeza, dándole a entender que no tenía intención de iniciar una discusión sin sentido.

-Papi, ¿puedo tener esto por favor? - ambos shinobis escucharon la voz de una niña levantando una bolsa de patatas fritas edición limitada de la aldea del sonido. -Quisiera disculparme con ChouChou nee-san...por aquella vez que la m-mordí... - titubeo apenada.

-Claro mi pequeña-. Acoto Mitsuki mientras le sonreía dulcemente mientras la tomaba de la mano y juntos se dirigían tranquilamente a la caja registradora para pagar por la bolsa de patatas y un par de golosinas para Akari.

- ¿Mitsuki? - Lo llamo de improvisto Boruto colocándose al lado de ellos.

Sarada no supo en que momento, las cosas que tanto había planeado se fueron directamente por el caño, pero obligándose a fingir, y tomando lo último en su lista, se colocó al lado de Boruto pasando un brazo por el de éste y saludándolos amigablemente o por lo menos lo intento.

-Hola...Mitsuki-. Saludo un poco rehacía.

-Boruto, Sarada-. Correspondió el albino con un asentimiento de cabeza.

- ¡Tío Boruto! Muy buenas tardes-. Saludo alegre Akari soltándose de la mano de su padre y tomando la manga de la chamarra del ojiazul mientras que realizaba una pequeña inclinación con la cabeza hacia Sarada que la miraba con cara de pocos amigos.

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