"El prado de la alegría"

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Miriam: lo siento sí?

Marcelo: está bien enana, no me gusta estar peleado contigo pero tienes que entender que lo de tu amiga está mal.

Miriam: lo sé, pero ya no sé cómo es que voy a arreglarlo. ¿por qué siempre soy impulsiva y no pienso las cosas?

Marcelo: tranquila, no lo hiciste con mala intención

Nunca me gustó ver a mi hermana así, desde que tengo uso de razón mi abuelo y yo éramos los que la protegíamos de todo y pues cuando él se fue quedé yo.

Miriam: siempre te tendré cierto? - dijo abrazandome aun más fuerte.

Marcelo: sabes que si pequeña pero a que viene esa pregunta?

Miriam: no lo sé, sabes que soy dramática con todo- soltó su agarre y se secó las lágrimas.

Marcelo; segura? - claro que sabía lo dramática que era pero esa pregunta me tomó por sorpresa.

Miriam: segura, te apetece ir al prado de la alegría?- inevitablemente sonreí

Marcelo: aún lo recuerdas.
 
Miriam: cómo olvidarlo?, no hemos vuelto desde que el abuelo se fue, por favor di que sí- no podía negarme a esa petición a decir verdad yo también extrañaba ese prado.

Marcelo: está bien enana.

Miriam: me iré a cambiar ya bajo- no esperó a que hablara y se fue corriendo.

El prado de la alegría, vaya hace mucho que no escuchaba ese nombre.

Flashback

9 años atrás

Abuelo: que pasó linda?, por qué lloras?

Miriam: abuelito es verdad que papá me dejó porque no me quiere?

Abuelo: no cariño, el no te dejó.

Marcelo: todos en el colegio nos molestan, cómo desearía ser más grande y pegarles.

Abuelo: no no chelito, así no conseguirás nada.

Marcelo: no me digas chelito ya no soy un niño- cruzándose de brazos.

Miriam: abuelito, no quiero volver a ver a esos niños, quiero que desaparezcan cómo en los cuentos.

Abuelo:  preciosa eso es imposible pero sabes lo que podemos hacer?

Miriam: dime abuelito dime que- gritaba la niña llena de emosión.

Abuelo: yo conozco un lugar muy especial, es un lugar donde los sueños se hacen realidad.

Marcelo: y donde queda eso?- dijo tomándole interéz al asunto.

Abuelo: se los mostraré ahora.

Subieron al auto y emprendieron el viaje.

Marcelo: abuelito ya llegamos?

Abuelo: si chelito es acá- bajaron del auto y empezaron a caminar, luego de unos 15 minutos delante de ellos encontraron un hermoso campo, tenía una extraña forma y flores de color morado, en una de las esquinas habían dos árboles demasiado pegados que se podría creer que eran uno solo- chicos este es el "Prado de la alegría"

Miriam: y por qué se llama así?

Abuelo: por que en este lugar la palabra tristeza no existe, y tus sueños se pueden cumplir.

Marcelo:eso es mentira abuelito, son solo cuentos de hadas.

Abuelo: quieren que les cuente una pequeña historia?

Miriam: sí por favor

Abuelo: está bien, hace mucho tiempo un hombre se sentía completamente devastado, el joven había sido víctima de un amor no correspondido, cierto día mientras caminaba decidió adentrarse a un bosque y después de unos minutos encontró este prado que ven acá, se preguntó cómo es que tan hermoso lugar pudiera estar escondido y decidió sentarse, el silencio que el lugar proporcionaba lo invitó a reflexionar y a darse una segunda oportunidad, así que cerrando los ojos pidió un deseo....

Miriam: que pidio abuelito?

Marcelo: no lo interrumpas miriam

Abuelo: pidio ser Feliz, el sabía que tendría que poner de su parte pero aún así tenía la esperanza de recibir una pequeña ayuda, ese mismo día de manera tan inesperada conoció a la mujer con la que se casaría y formaría una familia, desde ese dia volvio todos los años en aquella fecha con la mujer que amaba.

Miriam: y cómo sabes eso abuelito? Acaso conoces al hombre?

Marcelo: cómo podría conocer al hombre? Si es solo un cuento.

Abuelo: no querido chelito, esto no es un simple cuento sino una historia verdadera, conozco al hombre a la perfección, tal ves ustedes también lo conozcan.

Miriam: es eso posible?

Abuelo: si linda, bueno niños es hora de irnos su mamá debe de estar preocupada.

Miriam: pero no me quiero ir- haciendo puchero.

Abuelo: prometo que volveremos más seguido.

Marcelo: vendremos con mamá?

Abuelo: si chelito con mamá y la abuela así que vamos.

Fin flashback

Nunca me pasó por la mente de que el abuelo fuera aquel hombre y de la mujer de la que hablara fuera la abuela, miram y yo nos enteramos de eso cuando después de que el abuelo se fue, la abuela nos contó la historia desde su punto de vista.

Maneje durante 1 hora para poder llegar a aquel parque escondido, ese famoso prado del que de niño disfruté, resultó ser un pequeño parque que por alguna extraña razón estaba escondido.

Para llegar a el tenías que adentrarte a una especie de bosque que parecía no tener camino.

Miriam: lo extraño mucho

Marcelo: lo sé pequeña, igual yo pero sé que él está en algún lado haciendo sus típicas bromas sin sentido del humor.

Miriam sonrio sin poder evitarlo y seguimos observando el hermoso paisaje, era un martes por la tarde tan común pero especial a la vez.

Miriam: por qué dejamos de venir?

Marcelo: no lo sé, creo que mamá no quizo regresar después de que el abuelo se fuera, sabes que la sensibilidad es algo que a las mujeres de nuestra familia se les da muy bien.

Miriam: lo sé.

Estuvimos un par de horas mirando el hlrizonte y hablamos como hace mucho tiempo no lo hacíamos, no sé si era el lugar o nosotros pero el abuelo tenía razón, nunca podías estar triste en el prado de la alegría.


La Chica del Libro Rojo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora