❇ capitulo cinco ❇

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1ra parte

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Tienes que poner la musica, solo para llenarte de sentimientos

Los días pasaron muy rápidos, estaba sentada bebiendo leche caliente con un sobre de manzanilla adentro de la taza dándole un sabor exquisito. Solo faltaban dos minutos para que el el amanecer empezara, a lo lejos ya se empezaba a notar el arrebol luciendo tan maravilloso.

Este siempre era mi parte favorita del día, ver salir el sol detrás de esos rascacielos. Me daba una paz interna que hacia que toda mi absurda realidad desapareciera.
Mis pensamientos fueron corrompidos por un rostro con una sonrisa enorme, sus ojos avellana relucían haciéndose ver aun mas atractivo y adorable. Dylan sostenía mi mano y con la otra acariciaba mi mejilla, esperaba que me abraza como lo hizo la otra vez. Me hacia sentir segura y ...

—olvide que de niñas cada vez que te quedabas a dormir a mi casa siempre te parabas muy temprano y subías a la techo solo para ver el amanecer.— gire la cabeza asustada por la inoportuna aparición de kendall.

—es muy hermoso. -baje la vista a las tres maletas que tenia en sus piernas.— ¿a que hora es tu vuelo?

—a las siete. No pude dormir en toda la noche solo de pensar cuantos chicos lindos conoceré. -chillo de emoción

—seguramente muchos.

Corrió a darme un abrazo cálido,
Duro un par de segundos antes de ser interrumpidas por el sonido de que alguien llamaba a la puerta.

—el taxi llego. -susurro separándose de mi.- segura que quieres quedarte....

—estaré bien.

—te llamare solo para verificar.-rei

—voy a Extrañarte.

—igual yo boba- volvió a abrazarme.—sera mejor irme, adios..-dijo en una enorme sonrisa de emoción

Se fue alejando haciendo su mayor esfuerzo para poder lidiar con las tres maletas que tenia en los brazos, el portero de el edificio la ayudó a bajar todo mientras que kendall se preocupaba por que su pelo no se desacomodara.

(...)

Medio día y no se como comenzar mi una rutina que no sea como todos los días. O al menos los días anteriores, miraba mi teléfono que estaba boca abajo en la mesita de cristal que estaba aun lado mio, es raro que de alguna forma quiera oír la voz de Dylan. Tenia tantas ganas de volverle a ver.

Pero una parte de mi se negaba a tomar el teléfono y llamar a su numero, una parte que aun seguía amando a Zac, era lo que me culpaba por ser una cobarde y dejarlo solo.

Pero gran parte de mi debatía contra ello, remarcando las cínicas palpaba que salían de la boca de Zac «soy hombre. Ella se me acercaba de una manera descarada» ¿que clase de hombre intenta arreglar los problemas respaldándose con su sexo?

Entre media hora de debate contra mi subconsciente y yo termine actuando en vez de pensar.

Tome el celular y en solo un movimiento ya estaba marcando su numero. No pasaron mas de cinco segundos el atendió la llamada.

«¡joder! ¡Que le digo!»

—_____!! No esperaba tu llamada— pude asegurar que estaba sorprendido con un poco de emoción, estaba igual pero esta esta vez la emoción de oír su voz nuevamente aumento.

—¿interrumpo algo? - dije en una sonrisa amplia. Pude oír a lo lejos que se quejaba por algo.

—justo les estoy dando de comer a mis cachorros- oí un ladrido- ¡theo silencio! ¡Oye no! ¡Devuelve me eso! ¡Aaaahhhg! ¡Regresa aquí! — no pude evitar reír — ¡devuleveme mi teni! No... No no no... Se buen chico, no lo muerdas... Theo son mis favoritos! ¡Ahhg!

Rei casi alto al oír varios ladridos

—¿todo bien?- reí

—theo es un demonio, -dijo artado —¿a que se debe el honor de su llamada? - bromeo.

—solo quería ver si querías salir a tomar un café, o llevar a los cachorros a pasear, ya sabes para...-me interrumpió.

—¡eres un ángel ____! Necesito librarme de ellos -rei

—eso es un si...?

—claro, donde te veo?

—quinta avenida?

—estare ahí en diez minutos -oí varios ladridos de nuevo-  ¡sssh!

—creo que están felices.

—deben estarlo. Te veo en diez minutos.

—vale... -colgué la llamada con una sonrisa imposible de borrar, busque algo como para salir a caminar, era obvio que no llevaría tacones y vestido si posiblemente los cachorros se escapen y tengamos que atraparlos.

(...)

Unos jeans negros tenis, playera cómoda y sudadera eran mas que suficientes para no tener que preocuparme sobre el dolor infernal que provocaban los tacones.

Abrí la puerta pero me detuve en seco al verlo ahí parado, con la camisa arrugada y la corbata  colgada en su cuello.
Lucia un aspecto espantoso por los ojos rojos y las ojeras tornada de un color marrón. A la distancia en la que me encontraba percibí un color muy fuerte alcohol.

—Zac...

—____. Te extraño demasiado. 

Las lágrimas empezaban a correr de sus ojos, me sentía tan vulnerable y culpable al mismo tiempo, el jamas tomaba jamás lo hacia, después de la muerte de sus padres fue la ultima vez que probó el alcohol. Ver lo en ese estado me destrozaba el alma. Yo era la causa por la que se encontraba así, ni siquiera se cuanto tiempo dejo de asearse o cuando fue la ultima vez que comió. Estaba tan destrozada al verlo en ese estado..

UN AÑO PARA AMARTE [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora