¿Cómo explicar la hermosura de una mano femenina? No había mano alguna como la de ella que me causara tanta desdicha. Supongo que todo se encontraba en sus uñas insulsas.
Esas sin sabor, sin color, casi secas, porque su brillo era notorio y su belleza.
Vamos a pintarlas de colores.
Primero rojo sabor a pasión.
Luego negro con una pizca de vacío.
Las pintaba y perdían el color.
Las pintaba y perdían el brillo.
¿Era verdad que las manos femeninas, eran bellas por los colores que las adornaban? Ellos parecían abrazarlas con sutileza, eran delicadas, es cierto, como pequeñas tinas de aguas de colores en donde deseabas sumergirte.
¿Y las de ella? No eran rojas, ni azules. No tenían color alguno porque eran insulsas. Como todo lo que ella albergaba a lo cual mis ojos no podían encontrar color.
¡Pero toda ella era colores!
¿Y cómo no lo vi antes? Que brillaba, hasta en las uñas.
Uñas insulsas, uñas sin sabor, díganme ustedes, ¿podré verlas hoy?
¿Cómo describir la belleza de una uña?
Es que como las de ella, ninguna.
¿Por qué las manos son tan preciosas?
Tal vez todo se encuentra en esos trozos de nada que pintamos porque no tienen colores.
Mi vida, tus uñas insulsas no necesitan esa capa de mentira.
Ellos sí, todos, los falsos tristes, los que miraba cada día bajo el atardecer soleado.
Los que quieren vestidos de alta costura, y uñas largas de colores rudos.
¿O dulces?
Dicen que son femeninos.
Hasta los hombres han comenzado a pintar sus uñas, míralos, desgastadas; podría hablar de ellas, de lo bellas que lucen. ¿No son hermosas unas uñas coloridas casi despintadas? Se ven bien en los hombres.
Pero hermosa, yo quiero hablar de tus uñas.
De su forma perfecta, de su textura.
De lo insípidas que lucen cuando no las pintas.
Cariño, no todas las uñas son hermosas, no voy a mentirte.
Pero de todas las uñas femeninas, las tuyas son un cielo donde a veces deseaba sumergirme.
dedicado a la chica sin nombre, a la cual le corrompí las pecas, el color y el apellido.
Nota: lamento destruir tus uñas.
