Semanas después.
Bryan.
Habían pasado algunas semanas, desde que me propuse que Alexandra estaría en mi cama, mañana me regresaría...regresaría a mi vida normal, pero para irme tranquilamente tenía que cumplir algo y ese algo se llevaría Acabó está noche.
—Buenos días Bethie ¿está Alexandra en su oficina?.—le pregunté a su Secretaría.
—Buenos días joven Mouque, si ella se encuentra ahí, puede pasar si gusta.
—Gracias, ¿ya te dije lo hermosa que estás hoy?
Ella me sonrió y agradeció, no estaba coqueteando con ella, simplemente estaba siendo amable. Ella tenía al rededor de 48, 49 años, era una persona muy amable.
Entre sin tocar a su oficina, ella estaba de espaldas viendo la calle a través de la ventana.
¿Había mencionado que ella y yo hemos estado como a tres veces de besarnos? Pero siempre nos interrumpen y no se da.
—¿Es un hermoso día no lo crees?.—pregunté cerrando la puerta atrás de mi.
Vi como ella saltó cuando le hablé, sonreí, ella también lo hizo.
—Muy hermoso.—me dio un beso en la mejilla.—Supe que te vas mañana.
Se fue a sentar a su silla, yo me senté enfrente de ella.
—Si, mañana regresó a mi antigua vida.
—Es una pena.—dijo viendo algunos papeles.
—¿Por qué? ¿Me extrañarse?.—pregunté con una sonrisa.
—Lo digo porqué tienes una vida tan estable aquí, pensé que podrías quedarme.—me miró unos segundos y luego regresó su vista a sus papeles.
Me paré de mi lugar y fui hasta el suyo me senté enfrente de ella, encima del mueble y le quite los papeles de la mano y la hice mirarme.
—¿Tú quieres que me quedé?.—pregunté suavemente.
Vi que se puso nerviosa y sonreí.
—En los días q-que has estado la empresa a funcionado muy bien.
—No pregunté de la empresa, si no si tú quieres que me quedé.—me fui acercando a ella.
—B-Bryan...
No dije nada y me acerqué un poco más, podía sentir su respiración acelerada.
—¿Quieres que me quedé?.—pregunté nuevamente.
No esperé respuesta y la besé, ella tardó segundos en responder.
Sus labios eran demasiados suaves, y carnosos, ni hablar de como besa, besa increíblemente bien.
Seguimos besándonos así por unos minutos, parabamos cuando nos hacía falta el oxígeno y luego regresabamos.