Capitulo 3

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Perezosamente abrí mis ojos al sentir que alguien me sacudía, al abrir mis ojos y vi a Mía.

-¿Que rayos haces?- pregunté con voz adormilada.

-El desayuno está listo y todos te están esperando.- habló y se fue. Me levanté mientras bostezaba, fui hasta el baño y me aseé luego de verme medianamente presentable me dirigí a la cocina y efectivamente me estaban esperando, lo cuál fue algo incomodo porque cuando baje todos se me quedaron viendo.

-Listo llego, ¿Ya podemos comer?- dijo Alden de mala gana, baje la cabeza apenada y fui hasta mi asiento.

-Lo siento

-No importa cielo- minimizo Louisa y con eso todos empezaron a comer, el desayuno consistía en panqueques que podías acompañar con cualquier cosa en el medio de la mesa como miel, frutas, chocolate y otras cosas pero yo simplemente me decidí por miel, lo se soy aburrida, siempre eh sido tan normal, soy ese tipo de chicas que ves en una multitud y si te vuelves a cruzar con ella no la reconoces, pero me gusta ser así es mas sencillo encajar, en fin, estaba a punto de tomar la miel cuando alguien mas la toma, levanto la cabeza y veo a Alden lanzándome una sonrisa hipócrita y no puedo evitar pensar que aún así se ve jodidamente guapo, alejo esos pensamientos de mi mente y al darme cuenta que me eh quedado viéndolo como tonta el calor invade mis mejillas por lo que bajo la cabeza para que nadie lo note. El resto del desayuno es agradable entre conversaciones sobre cosas banales como la escuela, el trabajo, y cosas así hasta que Mía llama nuestra atención.

-Mamá y Papá , pues hoy en la noche va a ver una fiesta en- dijo Mía titubeando- En una pequeña discoteca por aquí cerca- continuó ella y no pude evitar reírme, ganándome una mirada asesina de mi hermana, es que era ridículo si quiera concebir la idea de que mis padres le dieran permiso a mi hermana de tan solo 17 años ir a una discoteca y mas ridículo aún que ella creyera que le dieran el permiso conociéndolos. 

-Mía tienes solo 17 años, se que crees que eres grande pero no es...- empezó mi madre siendo cortada por Louisa.

-Oh Julieta pero si vinieron a divertirse.- contrarió Louisa y mamá se lo pensó un momento.

-Tienes razón, estamos de vacaciones- dijo mi mamá y no se quien estuvo mas sorprendida si Mía o yo- Mía puedes ir- y mi hermana lanzó un gritó de alegría- con un una condición- la cara de mi hermana cambio de felicidad a preocupación haciéndome reír en voz baja- Avery irá contigo.- dijo y mi risa paró en seco.

-¿Yo? ¿Porque?- pregunté reprochando y oí la risa del odioso de Alden pero eso era lo que menos me importaba en estos momentos, odio las discotecas, gente restregando sus cuerpos fingiendo bailar, las luces me mareaban y ni hablar de el olor a alcohol.

-Eres la mayor y mas responsable, se que controlaras a  tu hermana y evitaras desastres.- dijo y yo no podía comprender lo que ocurría, no quería pero cuando mamá se levantó de la mesa supe que la discusión había terminado.

-Pues eso fue interesante- comentó Josh riendo y de alguna manera rompiendo la tensión que se había formado.

-Iré arriba- informé levantándome de la mesa- Gracias la comida estuvo deliciosa- le dije a Louisa.

-No hay de que cielo- dijo con su característica voz dulce.

Y cuando me levanté de la mesa me dí cuenta que no había visto a Sidney en toda la mañana.

-Por cierto, ¿Y Sidney?- pregunté.

-Sigue durmiendo- respondió el Señor Brown, y yo asentí en respuesta y seguí subiendo las escaleras, al llegar me recosté en la puerta  y suspiré, en serio no quería ir, prefiero mil veces quedarme viendo una película o leer un libro que ir a una discoteca y mis padres deberían estar felices por eso pero en vez de eso me mandan a una discoteca en contra de mi voluntad.

Idiota, Te odio.Where stories live. Discover now