Capitulo 10

21 2 0
                                    

-Me extrañabas- Decía, cada letra sacada de una revista o periódico diferente, cada letra, de diferente tamaño, al ser distintas me daba miedo.

Para que miento todo me dio miedo en ese instante, me sentía mal.

Como cualquier niño infantil, cuando ve algo que lo asusta, se pone a llorar y se cubre. Ya sea con una cobija o con sus propios brazos.

Y eso hice.

Dure horas llorando, de hay en mas, no recuerdo en que momento me dormí, pero lo hice, dormí como 3-4 horas, me lo decían mis ojos al verme en el espejo.

Me desperté a causa de mi mamá, curiosamente desperté sentada, en la misma posición en que estaba, me ardían los ojos, me dolían mis brazos ya que había estado apoyados en ellos por un buen rato.

Me pare, pisando el suelo frío con mis calcetas blancas.

Me dirigí al baño, lentamente sin hacer el mas mínimo ruido, note que algunos de mis familiares seguían dormidos, y otros no.

Como mi mamá, trate de esquivarla, para que no me viera tan destrozara y temerosa, me daba pena.

Llegue al baño, levante la vista y me vi en el espejo.

Dios, estaba destrozada, no solo por dentro, también por fuera.

Mi pelo estaba hecho un caos, nudos por doquier.

Y mi cara, parecía un monstruo, tenia bolsas en los ojos, al rededor tenía unas ojeras, como si me hubiera puesto rímel en los ojos, y me lo esparciría por toda la cara.

Los labios partidos.

Mis mejillas rojas, como tomates.

De inmediato me puse agua. Para tratar de mejorar un poco, pero fue mala idea, me ardió demasiado, tanto que me escurrió una lágrima por mi mejilla.

No mejore en nada, me cepille, trate de arreglar mi cabello, de disimular un poco, y funcionó pero con el cabello. Todavía faltaba mi cara.

No soy mucho de maquillarme, la verdad es que no se maquillarme, me gusta lucir a lo natural, y que conozcan mi aspecto tal y como es.

Agarre polvo para la cara, me lo invertí como me había enseñado mi mama.

Mejore, no del todo, pero al menos, no se veía tan roja y maltratada mi cara.

Me vestí y fui al colegio, trate de olvidar lo que paso.

Seguí mi rutina típica, inclusive trate de evitar a los niños del turno de la tarde.

Llegue a mi casa.

Y recibí un mensaje, pensé que era otra broma de Daniel.

Alguien ayudándolo.

Alguien intimidando me, mostrándole débil hacia las demás personas, lo cual a urinaria mi reputación.

Ya estaba harta de llorar cada maldita noche y tener miedo, necesitaba ayuda.

Y esa ayuda llegó, se siente tan bien, encontrar por fin a mi ángel de la guarda.

Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora