Siguió arrastrando a Wade al salir del ascensor, quería salir de la torre lo más pronto posible.
-Petey.-Siguió caminando.-Spidey, para.-Negó y siguió caminando. Quería irse de ahí.-Peter, para.-Se detuvo y cerró los ojos.
Wade se soltó de su agarre y caminó hasta estar delante de él. No abrió los ojos a pesar de sentir la mirada del mayor fija en él.
-Petey.-Abrió los ojos.-¿Me puedes decir que pasa?
-Quería una cena donde le presentaría a mi familia a la persona que amo.-Suspiró.-No una cena donde ellos volvieran a hacer esto.
Wade asintió.-Ellos sólo quieren protegerte.
-No soy un niño, Wade. Tengo 19 y he pasado por mucho en mi vida, no es como si una relación fallida fuera a destruirme.-Miró a Wade con una mueca.-No es que no seas importante en mi vida, es sólo que quiero que ellos vean que no soy débil.
El mayor asintió y tomó su rostro.-Bueno, creo que le dejaste claro que no permitirás que se involucren en tu vida.-Se rió un poco.-Calla, amarilla.
Sonrió un poco.-Esta cena fue un horror. Creo que la cena con mi tía estuvo mejor.
-¿Aunque le dijera todas esas cosas?
Asintió y acarició el rostro de Wade.-Si, aquí ni te dejaron hablar. Lo cual es estúpido.-le dio una leve sonrisa.-¿Quieres ir a comer algo?
-Yo pago, no quiero dejarte sin dinero.
Bufó.-Ah, ya había olvidado lo pobre que soy.
Wade se rió.-Te dije que éramos tu sugar daddy.-Lo tomó de la cintura y lo apegó a su cuerpo.-Aunque tú deberías darme algo a cambio por lo que hago por ti, Petey.
Lo miró un tanto sonrojado.-¿Y qué quiere el Señor Wilson de mí?
-Amarilla, eso es bastante sucio.-Negó con una sonrisa.-Blanca, demasiado cursi.-Se rió consiguiendo que su novio lo mire.-Ah, Petey, con que me beses estaré bien, eso y que no hagas guardia en dos días más.
Rodó los ojos manteniendo la sonrisa.-¿Qué harás ahora, Wilson?
-Sólo un robo menor. Nada malo, arañita.-Wade le dio un beso en la mejilla.-Ahora, vamos a comer, tú tienes que crecer aún más.
-Wade, estoy bien.
-Bien pequeño, Petey.
Bufó y se dejó arrastrar por el mayor.
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Se apoyó en el barandal y pronto sintió una presencia a su lado, no se extrañó que al mirar a su lado derecho ahí estuviera Harley mirándolo fijamente.
-¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar durmiendo?
-Tengo 15 años, no soy un niño.
Sonrió un poco.-Lo que digas, niño.-Bufó.-Ahora, ¿Qué haces aquí?
Harley sonrió.-Sólo venía a ver como sufres.-Rodó los ojos. Maldito mocoso.-Mis padres se casan en unas semanas, ¿Qué harás después de eso? ¿Te irás?
-Eso creo. No creo que los Vengadores me quieran aquí.
-A mi padre no pareces molestarle y a mi papá no le interesas en nada
Asintió.-Lo sé, pero es mejor que me vaya, Harley.
El menor asintió.-Vaya, nunca pensé que serías tan cobarde.
Lo miró de inmediato.-¿Qué?
-Eso. Dices ser un Guardián de la Galaxia, un héroe, pero sólo eres un cobarde.-Harley se rió un poco.-Ni siquiera eres capaz de disculparte con Alex o Scott. Gran héroe.
-Si, no verte será una alegría.
Harley asintió.-Opino lo mismo, Star-Lord.-Bufó.-Si me disculpas, voy a ir con los héroes de verdad. Tú puedes quedarte aquí en tu zona de lamentación.
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Sonrió al ver una taza de café frente a él.-¿Sabes que sería mejor?-Una dona fue puesta frente a él.-Oh, si que pensaste en todo.
-Todo estará bien, Tony.
Bufó.-¿Cómo es que puedes ser tan positivo? Me dan ganas de golpearte. El mundo puede estar cayéndose a pedazos, pero intentas ver el lado bueno, no lo entiendo.
Steve se apoyó en la pared frente a él.-No lo sé. Supongo que nada puede ser peor para mí de como lo era cuando era un niño. Las cosas mejoraron sólo cuando me convertí en el Capitán.
Le dio un mordisco a la dona y miró al rubio.
-No lo creo. Digo, cuando fuiste un niño conociste al mapache ¿No? Tenías un amigo que no te ha abandonado en nada, si, si le lavaron el cerebro, pero ahora está aquí y mira que suerte tiene que se agarró un rey.
Sonrió al ver que una sonrisa adornaba el rostro del rubio.
-Buck es lo único que tengo de mi pasado, Peggy ya no está.-Steve negó. Al parecer aún le dolía hablar de ella.
Le hizo preguntarse si alguna vez sería tan importante para Steve como lo es ella.
Desvió la mirada a su café.
Sabía que él nunca sería como ella. Su tía Peggy era única, entendía porque ella siempre tendría una parte del corazón de Steve o quizá lo tenía entero.
-Yo te amo a ti, Anthony.
Saltó al oír esa frase y miró al rubio que ahora estaba frente a él. Estaban casi a la misma altura, tan sólo porque estaba sentado en la mesa del taller.
Steve le quitó el café y la dona para dejarlas en la mesa.
-Sé en lo que piensas.
-¿Ahora lees mentes?-intentó sonar burlón. No le gustaba hablar de sus sentimientos con nadie.
Steve negó.-Peggy siempre será importante en mi vida, lo sabes, pero yo...-Tomó su rostro e hizo que lo mirara.-Te amo a ti. Si, sentía algo fuerte por ella, pero sé que no es esto que siento por ti.
-Ella era grandiosa.
El rubio asintió.-Lo sé.-Le besó la frente.-pero, creo que prefiero a los genios...
-millonarios, playboy, filántropo ¿No?
-Eh... lo de playboy no tanto.
Se rió y lo besó con suavidad.-Te amo también, anciano.