DANKWORTH

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•DAIANA
Hoy por fin es él día. No sé si sentir miedo o felicidad, siento como el aire pasa de bajo de mi vestido. Mi madre me regalo este vestido para mi cumpleaños número trece, es azul marino con una cinta negra. Es el único vestido que tengo al igual que mi anillo de más suerte, solo los uso para ocasiones espaciales, hoy lo es.
Mi nombre es Daiana Smith, tengo quince años y hoy voy a enfrentar mis temores.  Como todas las mañanas tomo mi mochila, solo que este día en lugar de llevar libros llevo unos cambios de ropa, un kit de emergencia y una soga. Mi mochila está al borde de explotar. Pero si hay algo que nunca pueda faltar sería obviamente mi bocina, todas las mañanas cuando me subía al autobús, ponía mi música, conectaba la bocina y cantaba junto a mis amigos. Hoy no podré hacerlo, hoy entraremos a Dankworth.
Empiezo a caminar hacia la puerta para salir de mi casa, miro a mi hermano y me despido con una sonrisa.
-¿No vas a despedirte hermanita?- dice con un tono burlón.
-Cálmate, antes de entrar al edificio me voy a despedir de ustedes. ¿Van a estar esperándome allí no?
-Claro
-Ya deja de hacer muecas Josh, no es como que fuera a morir.
-Eso espero- susurra.
Siempre he sido muy apegada a mi familia, cuando tengo que separarme de ellos es muy doloroso. Este momento lo es. No quiero demostrarlo, pero me duele mucho tener que dejar mi hogar y a mi familia por dieciséis días para hacer la "The Stone proof". Esta prueba se hace en equipos, mis compañeros son expertos ya. Este es mi primer año, ellos han hecho tres veces seguidas este recorrido. Los equipos están formados por séis participantes. Ellos eran seis, pero algo pasó con uno de ellos durante la prueba del año pasado. Nunca quisieron contarme, supongo que durante hubo una pelea entre ellos o algo por el estilo. Ellos me esperan en la plaza para ir juntos hacia el edificio.
Mientras caminaba pensaba en como se sentirá estar dentro. Ser los primeros en llegar el final ¡en mi primer año!
Un ruido perturbó mis pensamientos, era una llamada de mi amiga Sarai, ella es parte de mi equipo. Somos amigas desde hace un año, normalmente me cuesta mucho confiar en alguien, pero con ella fue algo instantáneo.
-¡Daiana! ¿Donde rayos estás?
-Hola. Estoy a punto de cruzar la esquina. ¿Ya están todos allí?
-No. Te llamaba para decirte que todos vamos tarde.
-Dime porque no me sorprende.- reí
-Jajajajaja- empecé a escuchar muchos gritos y risas- ¡amiga estás en altavoz saluda a todos!
-¡Hola!
-¡Daiana!- supe de inmediato por la voz chillona que Cristina estaba allí
-Cris ¿como están?-grite
-Bien amiga. ¡Todos los del grupo amarillo estamos aquí! Porque no saliste más temprano de tu casa, ¡podrías estar acá!
-Ustedes disfruten, los espero en la plaza- reí
-Okey, te vemos allá- gritaron muchas voces a la vez, entre ellas reconocí todas las voces del equipo amarillo y escuche la voz de algunos miembros del equipo negro junto a la voz de Sarai y Max. Max es mi mejor amigo, el que siempre me cuida. Agradezco a la vida ya que el está en mi equipo, el cuidara de mi estos días.
Sabiendo que los equipos amarillo, negro y azul están juntos y atrasados empecé a caminar más tranquila. Cuando llegue a la plaza vi a Peter. Estoy un poco enamorada de él desde hace 4 años y nunca pude olvidarme de él aún que quisiera. Me decidí a sentarme a su par ya que estaba recostado en una banca.
-Hola- dije con un tono serio
-¡Hola! ¿Lista para esto, llevas todo lo que necesitas?
-Jajaja si. O mínimo eso espero- respondí feliz
-Oye, ¿puedo hacerte una pregunta?- dijo muy serio
-Claro- respondí dudosa
-¿porque decidiste entrar a las pruebas? Esto no es solo un juego, desde que las pruebas iniciaron hace tres años, nosotros creíamos que solo eran retos tontos. Pero no fue así, si no logras terminar todo en los dieciséis días estás obligado a repetir todo el trayecto otra vez. ¿Porque crees que hemos estado en esto durante tres años?
-Owwwww- exclamé de un tono burlón- Pues estoy aquí porque a ustedes les hace falta un  integrante y si no tienen el equipo completo no pueden participar. Estoy aquí sabiendo que hay riesgos, sé que no va a ser fácil pero quiero mostrarle a todos que puedo hacerlo.
-Okey, entonces si estás tan lista ¿porque traes un vestido para hacer las pruebas?
Ups no había pensado en eso. Hago muecas veo mis rodillas descubiertas cuando una linda mochila es puesta en mis piernas.
-Espero que te sirva- dijo mientras se sonrojaba
-Wuawwww, muchas gracias- dije eufórica por el regalo y sin pensar le di un fuerte abrazo
Me alejé de el con un brinco, soy muy tonta, ¿como lo iba a abrazar? Se ve muy obvio que me gusta.
-Sabía que olvidarías la ropa para esta ocasión, entonces mi mamá hizo está maletita para ti
-De verdad muchas gracias
Seguimos hablando por un largo tiempo hasta que empezamos a oír gritos y risas a lo lejos.
-Ya llegaron- dijimos al mismo tiempo riéndonos
Cuando nos vieron todos corrieron para abrazarnos y saludarnos. Después de hablar por unos minutos Sebastian nos dijo que ya era hora. Sebastian es amigo mío, también está en mi equipo.
Todos caminamos hasta llegar a Dankworth. Vimos que en la entrada había un cartel donde estaban todos los equipos.

-¿Amigos están listos?- grita Diego-¡A ganar!- gritamos todos al mismo tiempo-Que gane el mejor equipo- dice Sarai-Jajaja si, ese somos nosotros perdedores- era una voz familiar pero no era de nadie del grupo amarillo, negro o azul

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-¿Amigos están listos?- grita Diego
-¡A ganar!- gritamos todos al mismo tiempo
-Que gane el mejor equipo- dice Sarai
-Jajaja si, ese somos nosotros perdedores- era una voz familiar pero no era de nadie del grupo amarillo, negro o azul. Volteo hacia la voz y noto que es Isabella que venía con los grupos rojos y verdes.
-No lo creo- dice Sebas con un tono grave
-¡Suerte nuevita! Espero que te rompas una pierna- su tono de voz y su forma de verme hizo que me sintiera pequeña junto a ella, aún que en vida real le llevo más de una cabeza de estatura.
Se dieron la vuelta y empezaron a caminar hacia la entrada. Cuando desaparecieron de nuestra vista todos me dijeron que no me preocupara. Todos nos dimos palabras de aliento y empezamos a caminar hacia la puerta, sentí tanto miedo al entrar.

El decimosexto pisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora