Una chica, una chica transitando por los pasillos bañados de oscuridad espectral. Caminaba lento y con las manos envueltas en su estómago, tratando de no infundir el pánico en su cuerpo. Algunos casilleros a su espalda parecían ser abiertos, rechinantes, oxidados, y luego, fuertemente cerrados. Ella salta espantada, echando un vistazo sobre su hombro, murmurando algo extrañó mientras caminaba más rápido. Cuando iba subiendo a la segunda planta, risas diabólicas se colaban en el pesado ambiente, junto con pisadas resbalosas. En el último escalón, no le quedó más remedio que salir corriendo, haciéndole caso a su cuerpo de sus crecientes nervios. Precisamente, no quería apurarse demasiado, debido a lo torpe que era. Se precipitaría como cerdo para el matadero, en cuanto su mente se nublara, en tanto perdiera sus lentes y no viera el maldito camino.
Lo que le perseguía, le estaba, literalmente, pisando los talones. De pronto, el dolor en su estómago y el frio torrencial no eran un gran problema. Podía sentir como algo áspero se colaba por los costados de sus piernas, como si algo estuviese subiendo debajo de su falda. Ella corría, pero no era capaz de avanzar. La cosa, podía arrastrarse si llegar a ella significaba una victoria. Después de segundos en la agonía de sus débiles piernas, entró al primer cuarto abierto. Cerró la puerta con fuerza y con sus dedos escurridizos, trató de trabar el cerrojo, recargando su frente en la puerta. Respirar era una tarea difícil, más cuando los pulmones no le servían de mucho. Ella pensaba que podría estar a salvo por algún tiempo. Pero, lo que estaba escondido en el tercer cubículo de izquierda a derecha, era aún peor que su cazador. Era jodidamente peor.
JungKook despertó, o, bueno, se podría decir que lo hizo de alguna manera. Lo primero que localizó, fue el dolor. Su pecho ardía como piedras calientes en su pectoral. No era capaz de mover ningún musculo, ni siquiera pensar en otra cosa que no fuera la chica encerrada en el baño. JungKook era fan de los relatos terroríficos que provocan pesadillas, pánico, miedo. Desde hace un tiempo no le había sido posible leer en que cuestión había llegado el problema de SeoHyung con aquellos gamberros y su triste destino en las horas (tal vez, días) de su cautiverio. No había podido, claro, estaba demasiado ocupado como para siquiera obtener el último tomo. Debería ir a comprarlo cuando salga de donde sea que este, eso sería bueno, luego de ello, podría ir a su pequeño escondite y crear un ambiente oscuro mientras lo lee, con una vela a su lado y sus piernas recogidas hasta su pecho, inundándose en su lectura, recordando los tiempos en los que era un cachorro adolecente con menos musculo y más aires frikis en sus venas.
Después, sólo momentos después, tendría pesadillas. No de esas que te hacen rodar y sudar, de esas que le gustaría si sus mangas favoritos estuviesen en la Tv. Mierda, sí que le gustaría. En vez de ser lo que es ahora, podría ser un representante de ellos, probablemente el hombre que amanece cada día con una nota anónima en su almohada. Ese estaría bien. Pero, ahora era mejor dejar evadir el dolor. Mal habito que tiene. Aunque él no lo crea de esa manera, eso de estar en situaciones peligrosas y pensar en mangas mientras puede estar muriendo no era lo más inteligente. Tenía que concentrarse, cualquiera le diría que con todos sus años de experiencia, no aprendió absolutamente nada. Sin embargo, a veces era un ventaja, le ayudaba a no concentrase en cualquier cosa que lo despistara de su objetivo, le ayudaba a ser imparcial a la hora de hacer su trabajo, también era un excelente distractor cuando no quería recordar lo que había hecho.
Bien, estaba en una superficie blanda, muy estrecha para ser una cama, sin abundar mucho en la comodidad. Sabía que no estaba en un catre. El dolor podía ser intenso en su pecho, pero aun podía sentir la suave tela que le cubría hasta la cintura, el pinchazo en el dorso de su mano y antebrazo, incluso podría decir que le estaban pasando fluidos por las intravenosas. No creía que tuviera alguna especie de contusión, o algún golpe. Simplemente era eso en su pecho, eso que se extendía por su torrente sanguíneo e incluso infectaba los tejidos, los órganos, su piel. Toda su genética allí, matando las células que le hacían ser quien era. Y lo recordó. No del todo pero lo hizo.
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Fragranza (jikook/kookmin)《2》
FanfictionCon su parte animal en un estado deplorable, rapidamente es rehabilitado para ayudar en la captura de un asesino el cual ha estado sirviendo por varios años. JungKook es acusado de una severa falta al reglamento, mientras intenta sobrevivir a un mun...