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❝Un trago, dos tragos el sonido de la respiración se acelera.

Mi adrenalina crece, sé que es solo el comienzo

Solo un trago fue lo que pedí para calmar el estrés de la universidad. Luego vino otro, otro y otro.

Después de unos cuantos—muchos—tragos fijé mi vista en la pista de baile. Vi a todas las personas que bailaban restregándose entre si, pero toda vista mía fue nublada por ese hermoso castaño que bailaba como si no hubiera nadie más allí. Aquel chico brillaba por sobre todos.

Sentí unas incesantes ganas de ir hacia allí y bailar con él, algo raro en mí, pues no me gustaba bailar.

Con mucha seguridad me dirigí a la pista de baile, fui acercándome al chico pero poco a poco el alcohol hizo efecto en mi cuerpo, las luces de colores de aquella casa ahora parecían pequeñas lentejuelas en el cielo, todo brillaba. Me mareé un poco pero traté de mantenerme firme.

Llegué como pude hacia el chico desconocido y lo tomé de la cintura, este giró asustado pero al verme se relajó.

—Hola guapo, ¿quieres bailar? —pregunté temiendo que me rechace.

No respondió.

Simplemente tomó mi mano y me llevó hasta el centro de la pista, donde había mucha más gente, tomó mi mano y la colocó en su cintura. Para después comenzar a bailarme muy sensualmente.

Todo fue perfecto con él, solo nosotros dos. Bailando. Sintiéndonos el uno al otro.

Los fuegos artificiales en mi interior se hicieron presentes cuando escuché su dulce voz.

¿Cual es tu nombre? —preguntó.

Su voz no era tan grave como la mía, pero era melodiosa y bonita. Tanto como él.

Taehyung, Kim Taehyung. ¿Y tú, lindo?

Sonrío sutilmente, me observó por unos segundos con esos ojos caramelo que me hipnotizaron desde la primera vez que lo vi. Y finalmente respondió.

Jungkook para ti, bebé.

Seguidamente me guiñó un ojo, tomó mi rostro entre sus manos y me besó. Fue un beso dulce, sabor a alcohol, pero nada de eso me importó porque sus labios eran muy adictivos.

Tomó mi mano, como tantas veces en esa noche, y me susurró en el oído.

¿Creo que sabemos lo que queremos, no? Ya somos bastante grandecitos. Vamos arriba.

Todo pasó muy rápido. Cuando logré pensar claramente, Jungkook ya me había jalado hacia una habitación.

Cerró la puerta tras nosotros y comenzó a atacar mis labios. Este beso no fue como el otro, este era mucho más rudo, más necesitado.

Jadeó cuando ataqué su cuello con mis labios, dejando un camino de besos desde su mandíbula hasta sus clavículas. Fui desabotonándole la camisa poco a poco, viendo como sus ojos me decían que acabara ya con ese calvario.

Jaló mi cabello y volvió a besarme otra vez, retrocedimos un poco y aprovechó esto para tirarme sobre la cama.

Sonrió socarronamente y se abalanzó contra mi cuello, succionó, chupó, lamió e hizo todo lo que quiso.

Gemí en respuesta pues su lengua sí que me hacía ver estrellas, y eso que recién empezábamos.

Esa noche, en aquella habitación, solo se escucharon nuestras respiraciones agitadas, los jadeos y gemidos de Jungkook y su dulce voz pidiéndome por más.

One shots ⊰ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora