En Japón no roban

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Acabábamos de robar un carrito de supermercado, me sentía mal, pero... no, olvídenlo, me sentía ¡genial!

¡¡¡era Japón...y en Japón no roban!!!

Íbamos entre el bosque y la carretera con nuestra bocina bluetooth a todo volumen con Wires de The Neighbourhood, el momento era perfecto, nadie nos veía haciendo el tonto.

El carrito me iba a servir de decoración para mi departamento, la cosa era ¿Cómo lo íbamos a subir?

Cuando llegamos a la parte detrás de los departamentos, había unos novios comiéndose a besos, eso arruinó el momento, yo aún la pensaba y ahora la veía a diario, mi ex-novia era mi vecina, era imposible no toparse con ella, siempre salía y entraba, desde ese día ya no hablábamos. Ambas practicábamos basketball juntas, pero me tuve que buscar una cancha nueva y un coordinador nuevo, pero aún extrañaba verla agitada, verla saltando, dedicándome cada canasta, extrañaba su aroma, su alergia al perfume, su pelo liso, su mirada penetrante y su maldita sonrisa insegura. Pero yo ya la estaba superando... sí, me incliné más por los estudios, por mi carrera, por mí y al parecer funcionaba bien, decorar mi espacio, hacer mi ropa menos aburrida, ponerme pintalabios azules y naranjas, pintarme el pelo, me servía mogollón.

Nos habíamos sacado el primer lugar en la liga de Ōsaka, era seguro, nuestro equipo pasaría a las finales con Tokyo, Fukuoka, Yamaguchi e increíblemente nos tocó con Kyoto, por eso lo del robo, ¿Quién iba a celebrar sin robar nada?

Subimos como pudimos cantando a gritos Adiós Amor de Cristian Nodal (digamos que tenemos gustos diversos), entramos todos juntos a mi departamento, que para ser Japón era grande.

Y por cierto, también los chicos habían llegado a primeros, ya se imaginarán la maldita fiesta que nos armamos. Las paredes acústicas nos salvaron de que llamaran a la policía y por otra cosa de la vida, los vecinos que estaban debajo se habían ido a Hawaii, por ser invierno aquí, claro.

Llevábamos ya 3 horas de fiesta, cervezas y música, de repente el alcohol me hizo una mala pasada y me dieron ganas de besarlo, pero besarlo en serio, ir con todo, sí, éramos amigos, ¿y qué?, esas miradas ya no salían de mi mente, la forma en que se movía me fascinaba, cómo se tensaban sus músculos, la forma fina en que metía una canasta y volteaba hacia mí pidiendo aprobación, pero yo no había visto sus canastas, yo sólo lo había visto a él, la manera en que la mirada se le iluminaba al levantar su rostro, joder, que me encantaba cómo me hablaba, cómo me abrazaba, ¡¿¡¿cómo me besaba?!?!

Ay Dios

Ay Allah

Ay Buda

Ay Odín

AYYY NO MAMES

Que me iba a matar, que me estaba matando, se sentó junto a mí, tuvimos una pequeña platica sobre como sería si estuviéramos muertos, si esto no fuese nada, que fuese un sueño, o que simplemente existiera uno sólo de nosotros y fuera esquizofrénico, de eso pasamos a cómo haríamos pareja con los que estaban en la fiesta, yo le dije que sería un asco con Scarlet, y con David, sólo sería sexo aburrido y no habría pláticas. Él sabía que ser interesante era algo que no debía faltar por si algún remoto día tenía pareja. De repente interrumpió lo que le decía tomándome sutilmente la mano y me dijo: "Sí esto fuera un sueño, desearía no despertar ahora porque estoy sintiendo algo que llamaré deseo y algo más". Yo me perdí en el silencio cálido entre nosotros viendo cómo él observaba mis labios. Y mis labios, mis ojos no dejaban de transmitir el mutuo deseo entre nosotros, empezaba a arder algo en mi, algo por dentro, algo por fuera. Perdímos la paciencia al mismo tiempo.



So fucking clicheWhere stories live. Discover now