¡ I'm A Weirddo ! Ξ ! You're Perfect ¡ °˖✧ yugbam

彡 Darling, you look perfect tonight 彡

“Perfect - Ed Sheeran”

▓████████████▓

29/05/2018

Mudanza. YuGyeom movía cajas, muebles, todo de aquí para allá. Aunque su mayor problema eran los muebles.

-No, no dejes el mueble ahí mejor ponlo aquí —Movía el mueble al lugar en que indicaba su amor.

-No, mejor no, dejalo aquí —otra vez volvía a mover el mueble al lugar donde le indicaba su querido tailandés. Y así era, BamBam le decía un lugar en donde poner el mueble pero al rato después se retractaba de su decisión, diciendo al pobre y cansado YuGyeom que lo moviera a otro lado. Y así pasaron largas horas hasta que el pobre Kim quedó totalmente exhausto.

BamBam sólo se acercó para darle un besito en la frente más un pequeño abrazo, sin importar que su menor estuviera empapado en sudor. YuGyeom sonrió como idiota al sentir los suaves labios de su novio en su piel, iba a darle un beso hasta que el mayor le intervino en sus acciones, poniendo una mano en su boca alejandolo de sus carnosos labios.

-Aún no Yugy, tienes que primero bañarte, apestas en sudor, mi amor —No sabía sí sonreír por los apodos cariñosos o enojarse por no haberlo dejado besarlo hasta cansarse, aunque él mismo sabía que jamás se cansaría de besar los regordetes labios de su hermoso novio.

Kim sólo se limitó a hacer un pucherito en ese momento, claro que BamBam no se resistió y le dió un pequeño y casto beso en el tierno puchero que hizo su novio.

-Tú sabés más que nadie que eso no me basta para nada, no? —le miró, directo a sus ojos, viendo lo hermoso que su mayor —por meses— se veía; con una hermosa sonrisa en sus labios gruesos y suaves, con su cabello negro algo despeinado, con algo de sudor por haber cargado algunas cajas —aunque la mayoría de cosas las cargó el menor ya que, según él, los príncipes no cargaban cajas— y sus ojos, dios, según YuGyeom no había ningún par de ojos que brillaran tanto como lo hacían ese par de orbes entre negros y castaños, una junta muy hermosa, brillaban como dos gemas, o incluso más que ellas.

-Por ahora te conformas con eso, ahora anda a ducharte, apestas demasiado. —le hizo caso, no sin antes abrazarlo y darle un pequeño beso en la frente de su mayor. Subió las escaleras en dirección al baño, no sin antes buscar una toalla entre el montón de prendas que había en la cama de ellos dos y un poco de ropa porque la que tenía puesta apestaba a sudor, aparte que estaba mojada.

Ya teniendo todo listo fue directo al baño, con una enorme sonrisa en su rostro.

Se quitó la ropa y se metió en la ducha, abrió la llave, dando paso al agua para que pase y moje todo su cuerpo. Se sentía bien, se sentía bien estar con su amor en esa casa que pagaron los dos con todo su esfuerzo, era bonito al fin poder vivir juntos, después de tantos años trabajando sin descanso al fin la vida le daba un pequeño premio, porque nada se comparaba con el buen regalo que le dio el destino al hacer que su tailandés aparezca en su vida.

Una pequeña sonrisa apareció en su rostro al recordar lo hermoso que se veía su pequeño novio en sus últimos años de secundaria. Recordaba perfectamente los enormes lentes gruesos y negros de su mayor más esa tierna chaqueta azul deportiva que usaba al ir a la escuela, su corazón se agitó al recordar lo tierno y apachurrable que se veía su pequeño novio con esas ropas.

Aún está como tinta fresca el recuerdo de cuándo lo vió por primera vez, recuerda haber estado en la cafetería con Jackson —un chino muy extrovertido—, MinGyu —sí a él le dicen poste él es un maldito cohete en vertical— y JungKook —un chico con cara de rata pero muy amigable—; los cuatro conversaban de cosas triviales y algunas sin sentido, como por ejemplo cómo Jackson mientras estaba cagando en el baño se le cortó la luz haciendo que gritara como niña y asustara a su pobre madre, o MinGyu quién contó que por haber sido más sueño que persona chocó contra la parte de arriba de la puerta del metro cuando iba a entrar en ese transporte, anécdotas sin sentido pero chistosas. Todos conversaban tranquilamente hasta que YuGyeom sintió como lo observaban a la distancia.