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Era el noveno décimo octavo suspiro que salía de mi boca el día hoy, el cielo se mostraba en tonos grises, lloviznaba un poco, miraba desde el segundo piso de mi escuela mientras colgaban mis pies sobre el suelo, observaba como los chicos e incluso unos maestros se cubrían con sus mochilas o portafolios, algunos otros corrían hacia la cafetería, como si correr los ayudara a mojarse menos o algo por el estilo -un suspiro más- algunas gotas caían sobre mi rostro, la música en mis oídos era más fuerte, mi cabeza se movía con los sonidos de la batería y mis pies se movían al compás del bajo.

"You and I could have been a team
each had a half of a king and queen seat
like the beginning of Mean Streets
you could be My Baby"

Alguien había quitado mis audífonos ocasionando que la voz de Alex Turner fuera interrumpida, al igual que mi tranquila mañana, mire aquel chico que había tomado asiento a un costado mío, tenía una sonrisa bastante ligera y feliz, como un niño con Juguete nuevo.

-Hola Alan, ¿Cómo estás?

-¿Hablas de antes de que llegaras e interrumpieras mi música o después?

Dije con un tono burlon y el solo bufo.

-Igual estoy bien Alan, gracias por preguntar

Giro los ojos y sonrió de nuevo, posiciono su vista hacia el frente justo como yo, observábamos como el patio comenzaba a llenarse de gente, me miro de nuevo y yo mantenía mi vista en unos chicos que acababan de entrar, era un chico y una chica, para ser más específicos, ambos tenían cierto parecido, median más o menos unos 1,67, su cabello era negro, ambos delgados, Alonso rio al verme y yo lo miré con un gesto confundido.

-¿Qué sucede?

Pregunte con el mismo gesto.

-Nada, simplemente me da risa como es que examinas a cualquiera que pase por esa puerta -reí levemente y gire mi cabeza varias veces - ¿Ya entraste al salón?

-Siendo sincero no, no quería entrar solo.

-Entonces vamos que me congelo aquí afuera.

Alonso se levantó y sacudió un poco su pantalón de la parte de atrás, él era uno de los chicos más lindo de la escuela, de hecho no había conocido a un chico que fuera capaz de gustarle a todas las niñas del instituto o a casi todos los chicos gay, era un chico bajito, delgado, sus ojos eran azules verdosos y sus piel tan blanca como el algodón, hasta yo llegué a enamorarme de un semestre atrás, pero nada relevante.

Al momento que Alonso abría la puerta del salón, observamos a cinco chicos dentro de él, unos ya bastante conocidos y una me imagino nuevo ingreso o en definitiva, jamás lo había notado antes.

-Hola, ¿Cómo están?

Salude amablemente y algunos contestaron y otros me ignoraron, había una chica de piel muy blanca atrás, junto a la chica de nuevo ingreso, a la chica de piel blanca ya la había conocido antes así que me acerque a ellas y Alonso siguió mis pasos.

-Soy Alan y él es Alonso, ¿Y ustedes?

Ambas se miraron con duda y Alonso rio por sus rostros

-Yo soy Sofía, tu y yo ya nos conocíamos Alan, buenos pasos de baile.- menciono recordándome a mí y a Alonso una bochornosa escena de un desfile de 15 de Septiembre, mi color corporal subió tres tonos arriba.- Ah y ella es Pino, es nueva la lisiada, solo que le da pena.

Menciono y la chica morena de inmediato le soltó un golpe en el hombro

-¡Oh cállate maldita sea!- dijo la chica gritando

Alonso y yo comenzamos a reír, estas chicas parecían pareja casada y con tres hijos.

-Haber, ahora bésense

Menciono Alonso y yo lo mire con los ojos bien abiertos.

-Era broma joder, solo jugaba con ambas.

-Eres un asco Alonso.

Menciono en seco Pino y luego soltó una carcajada al igual que los demás, menos Alonso, claro está.

Alonso y yo optamos por sentarnos hasta la parte de enfrente pegados en la pared, comenzamos a hablar sobre lo que habría pasado en el verano, lo que habíamos hecho y algunas cosas sin sentido. Sin embargo nuestra charla fue interrumpida al momento que un maestro entró por la puerta, su aspecto era muy bueno, nada formal, un poco más casual, parecía uno más de nosotros, llevaba unos Jean obscuros, una polera blanca y un saco negro, muy buena pinta para mí, se sentó y bebió un poco su café, todos manteníamos la misma intriga, se levantó y comenzó a presentarse.

-Hola chicos, soy el profesor Picasso, les daré la clase de artes y pues, voy a necesitar.....

Unos fuertes golpes sobre la puerta interrumpieron su presentación, mi vista quiso asomarse por la ventana, pero no alcance a ver mucho más, que un gorro de lana, el profesor miró su reloj y negó.

-No abran.- siguió escribiendo en el pizarrón y los golpes no pararon ahí, yo comencé a desesperarme y en ese la persona detrás la puerta grito.

-Ábranme verga, verga que me abran.

Al momento de callarse se asomó por la venta y al ver al profesor al frente, su cara tomo un color pálido, casi transparente, al contrario de la cara del profesor que claro que estaba enojado y su mirada era muy firme hacia el chico.

-¿Qué se te ofrece hijo?

Dijo el profesor mirándolo y el chico tartamudeo un poco

-¿Me puede abrir por favor profe?- yo reí y Alonso me golpeo con su hombro, el chico me miro por unos segundos y se regresó con el profesor

-Claro que si hijo.- dijo y el chico cambio su rostro por uno sonriente y triunfante.- con reporte y falta.

Menciono y abrió la puerta, el chico paso ahora con una cara triste y se sentó hasta la parte de atrás junto a Pino y Sofía. Al momento que el chico se sentó y posiciono su rostro sobre sus brazos, me permití verlo un poco más, mi mirada se había perdido en los ojos mieles del chico, su piel contenía algunos lunares, uno en específico resaltaba en su labio inferior, sus labios gruesos y.... ¿Qué jodidos estoy diciendo?


Do Me A FavourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora