¡Siempre llamas, Yoongi! »Vkook

01

Suponemos que lo mejor de la vida es el amor. El vivir enamorados o con el simple hecho de amarnos a nosotros mismos. Pero este no era el caso de Jungkook.
El joven pelinegro pensaba que el amor era la cosa más bonita que uno puede sentir. Que el amor es ese algo que te hace despertarte de buenas en un Lunes a las 6:00 de la mañana.

Quizás para él aún era común sentirse nervioso al hablar del amor. Quizás era porque le gustaba realmente estar enamorado. O quizás porque su novio era Min Yoongi.
Pero ese día sus nervios aumentaron más de lo normal al recibir una llamada de su novio.
Su piel se había puesto de gallina al escuchar su seria voz a través del celular.
El pelinegro llegó al departamento del rubio subiendo los escalones de dos en dos. Después de tocar más de tres veces, el mayor le abre con los ojos casi cerrados.

— ¿Estabas dormido? —Jungkook alza la ceja al observar así al contrario.

— Sí, lo siento. Olvidé que venías.  —dijo aquello para después desaparecer y darle la señal al menor de que podía pasar.

Jungkook siempre fue muy curioso, por lo que siempre le ha entrado la duda del porqué a su novio le gustaba tanto dormir.
Observó la sala y se sorprendió al verlo ordenadamente bien. Entró al único cuarto de ahí y encontró a un Yoongi un tanto serio, más de lo normal. El más pequeño se sienta a lado de él y ve como sus manos se mueven con nerviosismo.

— ¿Sucede algo, bebé? —el menor acerca su mano y la posa en la mejilla del contrario pero éste aparta la cara.

— Yo...bueno... —el nerviosismo en la cara del rubio era notoria a kilómetros—. Necesito un tiempo. Necesitamos un tiempo.

— No lo entiendo.

— Quiero que me escuches ¿sí? —Yoongi suelta un suspiro para después agregar—: Sé que llevamos ya 3 años. Y creo, realmente creo que deberíamos conocer a más personas, lo entiendes ¿no? Nunca me has decepcionado, jamás lo harás, pequeño. —el mayor acerca la mano a la cara del contrario al verlo con los ojos llorosos—. Si yo hubiera sabido que lo que te está haciendo daño soy yo, me hubiera detenido. Pero no pasó.

El pelinegro no entendía muy bien a lo que se refería, pero lo único que quería hacer era llorar.
No supo en qué momento comenzó a doler ese tipo de comentarios hasta que el contrario le abrazó y se desgarró por completo. Entendió que había acabado, que todo terminó. Entendió que el amor no dura para siempre. Pensó que tal vez, sólo tal vez la razón por la que cortaban era por él. Es mi personalidad ¿Cierto?, te causo problemas ¿No es así? Si tanto te entristecía estar conmigo, entonces nunca lo hubieras hecho.

— No quería seguir mintiendo. No quería tener un amor falso, no contigo. Sólo por ti cambié. Cambié mi forma de ver las cosas, pero tampoco quiero quedar detrás de una máscara...

Jungkook no podía escuchar lo que decía el rubio. Estaba concentrado en sus pensamientos. Amarte es tan malo, el amor es tan malo. Pensó. Cada parte de él se desmoronaba pedazo por pedazo. Sintió como su corazón era machacado a tal nivel de sólo sentir polvo en su ser.

— Un día dijimos que la razón por la que romperíamos sería porque alguno de nosotros encontró a alguien más. Lo hiciste ¿no? Encontraste a ese alguien que te hiciera sentir realmente vivo. —el pelinegro soltó de repente— Cuando eso pase entonces podremos romper. —recordó éste.

Yoongi recordó como un fugaz aquella vez que prometieron que si alguna vez rompían era por el hecho de haber encontrado a alguien más. Pero esa no era la razón de él. Observó como finalmente su ex lo dejaba en su propia habitación. Finalmente escuchó la puerta cerrarse y se tiró boca bajo tratando de no llorar. Lo había hecho. Había roto el corazón de su persona favorita, aún importando de que manera lo hubiera dicho.

Jungkook llegó a su casa como lo había hecho hace una hora en la casa de su ahora ex, corriendo. Su casa estaba en silencio, como siempre. Entró a su cuarto y notó las muchísimas fotos que tenía con Yoongi en su estante. Sus ganas de llorar habían ganado. Se había derrumbado contra el suelo al darse cuenta que nada sería igual. Pudiste haberme mentido sobre este falso amor hacia mi persona. Pero yo realmente te quiero, yo te necesito. Pudiste no haberme entregado todo tu cariño sólo si seguías conmigo. Dijo para sí mismo.

Miraba con determinación las imágenes y más lágrimas salían de sus ojos al notar que el cristal de una de las fotos estaba destruida contra el suelo. Lo había roto. Sus ojos brillaban y se los talló fuertemente aún sintiendo ardor en ellos. Se acerca a los cristales y en el intento de recogerlos, se hiere en el dedo anular.

— No puedo ni levantar esto sin siquiera cortarme —dice para después soltar una risa irónica.

Se lleva el dedo a la boca, al ver que no puede evitar el sangrado, su mejor opción era limpiarlo. No quería pararse, tampoco quería curarse. Su herida sangraba cada vez más, pero él sencillamente no le quería poner un fin.

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Supongo que así quedará el primer capítulo, ya que tardé dos días en escribirlo. (Si si, soy lenta)
Tenía pensado esta fic desde hace meses y por fin me animo a subirlo sooo