Capítulo 1: Bienvenidas a la casa de las muñecas.

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Aclaración: Las Powerpuff Girls y sus personajes NO me pertenecen.
Escribo esto con el único fin de entretener.

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Estaba casi todo a oscuras, aunque no parecía ser de noche, pues no había ni luna ni estrellas en el cielo. Townsville parecía una ciudad fantasma. No había gente y las pocas farolas que aún quedaban encendidas parpadeaban repetidamente antes de que su luz se extinguiera del todo. ¿Dónde estaban los habitantes? ¿Dónde estaban Bellota, Burbuja y el profesor? Bombón avanzaba por una calle desierta haciéndose esas preguntas, y de alguna forma, tenía la seguridad de que estaba soñando y pronto se despertaría.

Se detuvo y vio que delante de ella había una casa de dos plantas, en medio de la nada. Townsville se veía ahora como un lugar muy lejano, las siluetas de sus edificios parecían estar a muchos kilómetros de distancia. La pelirroja tuvo la sensación de que no estaba sola y por una milésima de segundo creyó ver a sus hermanas a lo lejos. No las llamó, solo caminó en dirección a la casa sin saber por qué.

Al llegar a la puerta alzó la mano para llamar, pero de pronto todo empezó a desvanecerse y el sonido de una fuerte carcajada inundó el lugar. La chica sintió que perdía el equilibrio y empezaba a caer al vacío; quiso gritar, pero no le salió la voz. Al final del angustiante sueño, pudo oír claramente que alguien repetía la frase "Que comience el juego".

...

Lo primero que notó Bombón al despertar fue un extraño olor en el aire, era una mezcla de pintura, desinfectante y algo dulzón que no lograba identificar. Se levantó del suelo y echó un vistazo a su alrededor. Estaba confusa, pues no sabía cómo había ido a parar a ese lugar.

Se encontraba en una habitación perfectamente ordenada. Las sábanas que cubrían la cama que había en un rincón estaban bien planchadas, en las paredes había cuadros colocados todos exactamente a la misma distancia unos de otros y, en los dos estantes que había a cada lado de la única puerta de salida, los libros estaban ordenados por orden alfabético; los que no tenían título estaban por colores. No había ventanas y no se escuchaba nada excepto el tic-tak de un reloj que la pelirroja no logró localizar.

Pese a su amor por el orden y la perfección, Bombón encontró el lugar un tanto siniestro.

Intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada. Justo cuando quitó la mano del pomo, se sobresaltó al ver que alguien metía un papelito por debajo de la puerta.

- ¡¿Quién anda ahí?! - preguntó, pero no se escuchó nada.

Antes de recoger la nota, golpeó la puerta para que se abriera pero soltó un quejido de dolor. ¡No tenía la fuerza de siempre! Se frotó el brazo y sopló al aire para confirmar lo que ya se temía, sus poderes no estaban.

Se agachó entonces para coger el pequeño papel y leyó el mensaje.

"Bienvenida a la casa de las muñecas, espero que el juego sea de tu agrado.

Si quieres salir de aquí, sigue las instrucciones.

Si deseas salir de esta habitación, piensa que la clave está en el picnic."

- ¡¿Qué significa esto?! - exigió saber, pero no obtuvo respuesta.

No le gustaba admitirlo, pero empezaba a invadirla una sensación desagradable que identificó como miedo. No sabía dónde estaba, no sabía qué estaba pasando y no sabía si aquello que decía la nota iba en serio. Además, no tenía poderes. ¿Y dónde estarían sus hermanas?
Tenía que salir de allí.

Dollhouse [PPG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora