«вυngoυ ѕтray dogѕ one ѕнoтѕ»

«Dazai Osamu»

Más que un simple suicidio doble.

Estaba a punto de culminar el turno laboral en la Agencia Armada de Detectives ya que pues sí, Nozomi trabajaba ahí. La chica se encontraba en el área de Naomi puesto a que tampoco contaba con ninguna “habilidad especial” pero eso no quitaba que fuera inteligente, audaz o valiente.

Llevaba acerca de 4 meses trabajando ahí. Para ella el tiempo se iba volando debido a que todos se llevaban bien con la chica, lo que hacía el ambiente mucho más ligero y agradable, además de que siempre tenían alguna misión y por lo más “pequeña” que fuera siempre hacia todo todavía más emocionante.

Pero eso no era todo. Nozomi había posado sus ojos en cierto castaño de ojos café, siempre lo veía bromeando con los demás o coqueteando con chicas ofreciéndoles “suicidio doble”. Esto último le hacia hervir la sangre. Estaba profundamente enamorada de aquel chico castaño que siempre la hacía reír con sus ocurrencias y tonterías.  Solo había un problema y era que el antes mencionado, a cada chica que se topaba le ofrecía aquello del suicidio doble por que según él, todas las mujeres eran hermosas ante sus ojos, por supuesto todas lo rechazaban. Mientras a otras les “coqueteaba” a Nozomi en cambio la trataba como una niña y aunque gustosa ella le aceptaría la propuesta, nunca se lo ha pedido, ni una mísera vez.

Estaba tan sumida en sus propios pensamientos y sentimientos a su vez que ni siquiera se había dado cuenta de que el susodicho llevaba no más de 2 minutos observándola en silencio, cabe destacar que aun se encontraba en su escritorio recogiendo sus cosas pero se había distraído. Cuando por fin se dio cuenta solamente dio un saltito del susto y sus mejillas se sonrojaron ligeramente al tenerlo tan cerca.

Soltó una pequeña risita al ver su reacción y al haberla notado tan “desconectada” solamente hizo las siguientes preguntas.- ¿Te asuste? ¿Tan feo soy? –Volvió a reír ese loco suicida que tanto le gustaba a Nozomi.- Por cierto, ¿En qué tanto pensabas, pequeña? –Cuestionó curioso mientras se acercaba aún más a ella con una tierna y curiosa expresión.

Nozomi.

¿Qué? ¿Acaso estás idiota Dazai? Espera, si lo estás. Reí en mis adentros. Eso era lo que me encantaba de él, con una actitud tan tierna e idiota a la vez, tan inteligente, gracioso y misterioso al mismo tiempo, era como tenerlo todo en uno, pero por más que me gustara o por más perfecto que fuera no le iba a decir, obviamente, que vergüenza. Solamente me limité a sonrojarme un poco más y buscar la manera de desviar el tema o algo, la cual por supuesto encontraría esto no se me debe ir de las manos.

¿Feo tú? Sí que te falta un tornillo ¡¡Tú eres hermoso Dazai!! Demonios…

-Eh… ¿No? –Dije con tono dudoso.

En mis adentros deseaba decirle cuan hermoso y especial era para mí pero como siempre, no pude, bien Nozomi, bien…

-Bueno…pensaba en que debería cenar hoy…-Dije rápidamente lo primero que se me ocurrió esperando a que se lo creyera.- hay un montón de cosas que no puedo decidirme… -Agregué tratando de parecer segura y tratando de que fuera lo más creíble posible.
Aun así…haber dicho eso como respuesta era tonto, pero no era mi culpa, éste chico me atontaba.

Vi como pensaba por unos segundos para luego dejar salir las siguientes palabras de sus suaves labios.- No te c-r-e-o. –Sonrió juguetonamente mientras comenzaba a jugar con un mechón de mi cabello después de haber deletreado aquello en un tono un tanto ¿Provocador?

-¡P-pero es verdad! –Me defendí. No podía simplemente decirle lo que en realidad estaba pensando.

-Claro…~ -Entrecerró un poco sus ojos al verme.- y yo no intento cualquier tipo de suicidio no doloroso cada que tengo la oportunidad –Resaltó “no doloroso” mientras levantaba su dedo índice, diciendo aquello en un tono divertido mientras sonreía un poco de una manera un poco engreída.