«Chuuya Nakahara»

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Cualquier cosa por ti.

A Kioko la habían asignado como compañera de Dazai ya hace dos meses, dejando así a Kunikida y Atsushi trabajando juntos por un tiempo. Esos dos se llevaban de maravilla, ambos tienen un gran sentido del humor y pueden llegar a ser infantiles aunque, son serios cuando la situación lo amerita. Buenos estrategas además de que se complementan en batalla así que, son un excelente dúo.

Éste día en específico; el castaño le sugirió a la chica que visitasen a un "viejo amigo" ella, gustosa, aceptó.

Salieron temprano de la agencia para dirigirse a donde habían acordado,
Kioko estaba impaciente. Dazai ponía mucho misterio en el asunto y eso sólo hacía que la joven detective se emocionase más.

-Entonces, ¿Tu amigo es alguien fuerte? -Cuestionaba ella derrochando curiosidad, caminando al lado del castaño, a la vez que se inclinaba para verlo.

-Yo diría más bien que es alguien... neurótico; algo así como Kunikida pero en pequeño. -Soltó una risita.

-¿Pequeño?

-Sí, ni cinco centímetros más ni cinco centímetros menos, pequeño es la palabra perfecta para definirlo. -Dijo burlón.

-Vaya, no imaginé que tuvieras amigos mucho menores -Frunció ligeramente el ceño.- bueno, Atsushi es otro asunto. -Rio tiernamente al recordar al peliblanco.

-No me refería a eso. -Aclaró entre risas.

-¿Entonces? -Cuestionó confundida.

-Ya lo verás, ya lo verás. -Le dio unas palmaditas en la cabeza y ella infló una mejilla.

Los agentes siguieron su camino, -no tan largo como lo esperado por la chica-. Llegaron a un viejo callejón, en donde el castaño empujo suavemente a la chica para que se adentrase. Ella volteó a verlo entre confundida y molesta pero al final, suspiró y siguió caminando otro tanto más.

-¿Estás seguro de que “aquí” es el lugar indicado? –Cuestionó ella, frunciendo el ceño, extrañada.

El asintió suavemente, con una sonrisa socarrona.

-Que sí mujer, deja de ser tan impaciente.

-Está bien, está bien. –Suspiró para luego darle paso a una suave y delicada sonrisa.- Pero admite que es raro verte con tus “amigos” en éste tipo de lugares. –Levantó sutil y burlonamente una ceja.

-Digamos que, da mayor privacidad. –Rio por lo bajo, negando.- No sé lo que insinúas pero, recuerda que le soy fiel a las señoritas. –Dijo poniéndose recto mientras se acomodaba el cuello de la camisa, sonriendo encantadoramente.

-Si claro. –Pronunció la chica burlonamente y él bufó desprendiendo una ligera sonrisa en sus labios.- Pero en fin, ¿Tardará mucho?

-No lo sé, quizá esté buscando un banquito. –Bromeó levantando las manos.

Alguien bajó de un salto desde el muro más alto en ese preciso momento, el susodicho se posicionó detrás de Dazai sin que éste lo notase y sin más, le propició un fuerte y sonoro golpe en la nuca. El castaño como respuesta, se quejó a la vez que frotaba su nuca rápidamente.

-¡Oye! A ti que te suce… -Un tanto confundido y ligeramente molesto, se giró para mirar al responsable.- ¡Chuuya~! –Exclamó eufóricamente y juntó sus manos generando el ligero sonido de un sutil aplauso, sus ojos brillaban como un par de diamantes recién pulidos al ver al peli-naranja.

La chica luchaba internamente por no liberar una gran carcajada al presenciar tal comportamiento por parte de su colega así que cubrió su boca con ambas manos tratando de contener su risa pero le fue imposible. Chuuya la escuchó, su mirada fue a parar a la chica, centrándose solamente en ella. La chica se tensó, no deseaba causar una mala primera impresión.

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⏰ Última actualización: May 24, 2018 ⏰

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