- Odio los macarrones de esta cafetería - remueve con el tenedor el intento de macarrones con tomate, miro a mi amiga divertida, aparta la bandeja asqueada y suspira. Estábamos en la cafetería del instituto "comiendo", la verdad que Andrea tiene razón, la comida de este sitio no es realmente deliciosa, el catering no era muy bueno y nadie se molestaba en cambiarlo. Reí viendo como Andrea miraba con asco a la gente que comía esa cosa - A que me invitas a una hamburguesa - habló con voz de niña pequeña, esta es tonta, reí para mi misma.
- Está bien, pero a la próxima invitas tú - acepté apuntándola divertida con el dedo, ella asintió como una loca. Nos levantamos y cogimos nuestras mochilas dirigiéndonos a la salida, pero me choqué contra alguien acabando en el suelo. Qué cojones, me choqué contra una persona o contra una pared. Llevé la mano a mi cabeza peinándome un poco.
- Ostia - miré hacia arriba y vi a Bieber, joder que buena suerte tengo, el karma se está desquitando conmigo. No habrá gente en el mundo que justo tengo que chocarme con él precisamente - Ten más cuidado Bieber - me levanté del suelo, sin ayuda claro, y sacudí mis shorts. Bieber me miró de arriba abajo.
- Relájate - habló serio, y de repente volví a notar esas manos frías agarrando mi cuello, Bieber sonreía tenebrosamente. Me empezaba a faltar el aire.Andrea se puso delante mía.
- Aléjate de ella sangre impura, o tendré que aniquilarte - susurró amenazadora, Justin se acercó peligrosamente a ella.
- Detenme si puedes - dijo divertido y se fue sin más. Saqué las manos de mi cuello y respiré ondo, ¿qué acaba de pasar aquí?¿qué es eso de sangre impura? ¿por qué parece que Bieber y Andrea se conocen si él es nuevo? Entre la confusión y el mareo me va a dar algo.
- ¿Estás bien Jordan? - me agarró por los hombros, sus ojos estaban más oscuros que de costumbre. Asentí despacio, intentando comprender qué acababa de pasar - ¿Segura?
- Sí sí... Estoy bien, tranquila, sólo me mareé un poco, un bajón de azúcar - mentí para no preocuparla, ella me miró negando, sé que no ha colado - Venga, vamos a por las hamburguesas - sonreí todo lo que pude haciéndola reir.
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Después de comer juntas cada una volvió a su casa. Al entrar por la puerta me di cuenta de que no había nadie, genial sola en casa. Fui hacia la cocina y me encontré con una nota encima de la mesa, "Jordan cariño tú padre y yo tenemos que ir de viaje de negocios a París, no sé cuanto tiempo estaremos fuera, pero llámanos si pasa algo. Te queremos princesa y no hagas ninguna locura. Besos mamá y papá." Bueno, pues me he quedado sola. Tiré la nota a la papelera y subí a mi habitación. Cogí el móvil y le mandé un Whatsapp a Andrea, me apetecía salir un rato.
Me puse un vestido negro con brillantes ajustado por la mitad del muslo, unos tacones negros altos y unos pendientes plateados. Me maquillé un poco, solo la raya de los ojos, rimel, un poco de sombra y brillo labial. Guapa, pero no muy cargada. Ondulé mi pelo negro dejándolo caer por mis hombros y cogí el bolso de mano plateado. Lista.Sonó el timbre y bajé a abrir, encontrándome con mi mejor amiga. Pre-cio-sa. Llevaba un precioso vestido amarillo ajustado a su perfecto cuerpo, le llegaba cinco dedos por encima de la rodilla al igual que el mío, unos tacones cerrados negros, un collar de piedras negro y un bolso rojo como las pulseras de sus muñecas, casi no iba maquillada, sólo lo básico y su precioso pelo castaño iba recogido en una coleta con dos mechones a los lados ondulados.
- Te durará más una foto chica - reímos.
- Andrea tía que vamos a bailar, no a conocer a Luke Hemmings - bromeé divertida - Vas preciosa tía - la señalé.
- ¿Hola? Lo mismo te digo J - rió - Anda, vamos a la fiesta, que tengo ganas de marcha - bailó como si estuviéramos en la discoteca. Negué con la cabeza y cerré la puerta con llave no sin antes comprobar que lo tenía todo.
Subimos en su ferrari rojo y nos encaminamos a la discoteca. El camino no era muy largo, pero nos lo pasamos riendo y cantando las canciones que sonaban por la radio. Cuando llegamos al principio de la cola del local un tío enorme se nos puso delante.
- ¿Sus nombres? - habló con voz firme el hombre trajeado, miré a mi amiga y sonreímos, mi apellido abre muchas puertas.
- Soy Jordan Shark - sonreí de lado, el hombre me miró asombrado y se apartó rápidamente de la puerta, dejándonos pasar. Al estar dentro Andrea y yo no echamos a reír como locas.
- ¿¡HAS VISTO SU CARA!? HA SIDO DEMASIADO ÉPICA - gritó para que la escuchara, reimos juntas. Avicci sonaba por los altavoces gigantes del local, la gente bailaba pegada. Hay buen ambiente hoy, el local desbordaba, gente en la barra y en la pista. Cogí la mano de mi amiga y la llevé hasta la barra, esperamos un poco hasta que el barman nos atendió.
- ¿Qué desean las señoritas? -preguntó con una radiante sonrisa, reimos ante su estúpido intento de ligar.
- Un ron con coca cola por favor - le sonreí de vuelta y miré a mi amiga esperando a que pidiera.
- Una cerveza y tú número por favor - le guiñó un ojo seductora, el barman le sonrió divertido y se fue a por nuestras bebidas.
- Cada día me sorprendes más - negué con la cabeza y rió encogiéndose de hombros.
Al rato nos entregó las bebidas y le dió un papelito a Andrea, la miré elevando una ceja mientras ella reía.
- Puede que le llame, es lindo - sonrió pícara, reí y tiré de ella hacia una esquina del local donde había unos pequeños sofás.
Después de tomar nuestras bebidas nos fuimos al centro de la pista. Andrea tenía un don para bailar mientras que yo...era yo. Nos encontramos con Elena y Paula, las cuáles se nos unieron. Muchos chicos se nos acercaron, nos lo estábamos pasando bien, reíamos, bailabamos y bebíamos. Un buen rato entre amigas.
- Chicas voy a tomar el aire, hace demasiado calor y me agobio un poco - pasé la mano por mi frente, sacándo el poco sudor que había en esta. Andrea me miró preocupada.
- Espera que voy contigo - agarró mi mano con fuerza.
- No,no, tranquila, salgo un segundo y vuelvo, tú sigue enamorando al barman - le guiñé el ojo mirándo hacia el chico que no dejaba de mirarla con una sonrisa. Me solté de su agarre y salí de entre la masa de gente.
Me encontraba en un callejón, el mareo ya se me había pasado, pero aún no me apetecía volver a entrar. Escuché la puerta del callejón abrirse, ¿el amigo de Bieber? Esto...Ryan, eso es, Ryan. Se giró en mi dirección y me sonrió, por primera vez en mi vida sentí miedo, miedo de que me hicieran daño. Y algo me decía...que hoy iba a salir mal parada...
