Abrí los ojos de golpe y me encontré con Marceline un tanto desarreglada de lo normal.
– ¿¡Cómo entraste!?
— Agradece que vine lo más rapido que pude. Creí que tú necesitabas ayuda ó que estabas decaída
Mencionó mi querido amor platónico sin importancia. . .
Vaya que fingía bien. . . (Eso creo)