capitulo 5 Mi nuevo mejor amigo.

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Recuerdo aquellos momentos tan felices que pase con mis amigos en preparatoria, desde las carcajadas por cualquier tontería, hasta los abrazos en los momentos más difíciles, y las constantes, criticas que hacíamos de los profesores por ser tan estrictos con los deberes, las ocasiones en las que nos pasaron cosas que aún no podemos creer, y los momentos que preferiríamos olvidar, pero a fin de cuentas nos enseñaron a ser mejores personas, al aprender de nuestros errores y de los de otros.

aún recuerdo aquel día tan deprimente cuando Carmen llego repentinamente, a mis brazos destrozada, pues por alguna razón, había terminado su relación con su novio, por lo que yo también me vi muy desconcertada, pero a pesar de sentirme de esa manera, yo no podía cambiar nada, lo que le sucedió a mi amiga seria para bien o para mal su problema personal y ella debía enfrentarlo para poder continuar con su vida, muchos talvez piensen era un simple noviazgo no era para tanto, pero estas personas solo podían observar a una chica molesta y llorona y no a la alegre chica carismática, que soñaba inclusive con portar un hermoso vestido blanco, en una gran boda, con el hombre al que nunca se cansaba de decir que amaba con una sonrisa tan tierna, que en estos turbios momentos era tapada con una húmeda cabellera roja pegada a mi camisa mientras lloraba desconsoladamente en mi hombro esa reacción era un motivo más que suficiente para que yo también rompiera en llanto, no podía soportar ver llorar de esa manera a mi amiga, así también como no podía perdonar a Erick por haber cometido tal estupidez me hizo enfurecer tanto que deseaba golpearlo con todas mis fuerzas, pero probablemente eso no habría cambiado nada, de esa manera no iba a regresarle la felicidad a mi amiga, me sentía impotente e inútil pues qué clase de consejo se le puede dar a una amiga en estos casos, desde ese momento Carmen falto a la escuela lo que la afecto mucho en sus notas y perdió su lugar en el cuadro de honor de la escuela. A Mario no parecía disgustarle pues con Carmen fuera de su camino se posicionaba un rango más secas de Lili en el cuadro de honor lo cual le daba ciertos privilegios como sentarse a lado de Lili en el aula debido a un tonto sistema de acomodación, formar pareja con ella en los proyectos y marchar a su lado en la escolta, ellos parecían muy cercanos y a la vez tan indecisos ¿quizás? Pero eran muy tiernos.

Esa tardé seguía organizando los exámenes con el profesor para el día de mañana, a pesar de eso mi mente seguía ausente no podía dejar de sentirme mal por Carmen todos esos sentimientos me sofocaban no sabía que hacer no podía llorar, pero tampoco podía controlarme me mataba la preocupación y el solo pensamiento de que Carmen cometiese una tontería me aterraba y quería correr a su lado Salí inmediatamente al balcón a tomar aire fresco cuando el profesor se retiró del aula, no pude resistir más y comencé a llorar desconsolada el viento soplaba frió en mis mejillas mojadas y los pensamientos me comían viva, de repente me encontré en los brazos de alguien en ese momento no reaccione, estaba muy ocupada llorando no tenía cabeza para nada mas, y solo acepte ese abrazo después de un rato me tranquilice y voltee a ver a la persona que me ofreció su hombro era aquel chico raro David, me sentí un poco apenada y disgustada a la vez, le reclame por abrasarme sin permiso, pero el no dijo nada estaba completamente callado como siempre suele estarlo y de pronto articulo una palabra "hermosas ".

Desconcertada le pregunte — ¿a qué te refieres con eso? —.

Contesto en vos baja— tus lágrimas, son tan hermosas con la luz de la luna—.

—A qué viene eso tan de repente— conteste cubriendo mi rostro sonrojado

—por qué llorabas, dime —.

— ¡eso a ti no te importa! —

— ¿Dime somos amigos? — pregunto con una expresión de seriedad

—Sí, supongo que podríamos serlo— pero eso que tiene que ver—.

Me interrumpió diciendo — entonces si me interesa, ¡vamos! —.

—Que ¿A dónde? —

Agarro mi mano y me saco a rastras del salón, me acompaño hasta el patio me despedí de los maestros que se encontraban todavía en el estacionamiento platicando, se había hecho realmente tarde pues la luna ya estaba brillando en el cielo tan perdida estaba en mis pensamientos que me alegraba poder distraerme un momento aquel chico me inspiro un poco de confianza después de platicar un rato salió el tema de Carmen y el por qué me encontraba tan mortificada, me sorprendió cuando me dijo.

—vamos a verla—

— ¡Qué! -—

—ahora mismo si te molesta tanto que es lo que te impide hablar con ella—

— no, no puedo—.

— ¿por qué no? —.

Conteste sollozando ¡yo!, no puedo hacer nada por ella no sé qué decirle, no sé cómo hablarle para que se sienta mejor. O cómo hacer que regrese a la escuela, no puedo obligarla a ver a ese tipo solo por mi absurdo egoísmo.

—Cuál es el objeto de ir a visitarla—

Permaneció unos momentos en silencio y me miró fijamente a los ojos, después hablo con seriedad y firmeza

—sabes no es necesario hablar para ayudar a alguien—.

—Quizás ella no quiere un consejo, tan solo el abrazo de una amiga—

—los abrazos son los mejores anti depresivos no vas a negarle eso a una amiga, tal vez creas que obligarla a venir a la escuela sea egoísta, pero no brindarle tu cariño en estos momentos, eso sí es ser, verdaderamente egoísta.

Sus palabras me llenaron de tristeza, pero me mostraron el camino que debía seguir no demoramos mucho en llegar a la casa de Carmen, probablemente mis padres enloquecerían al ver que no llegue a mi casa, pero eso, no me iba a detener, quería verla así que llame a la puerta. Carmen vivía sola con su madre que había salido de viaje por lo que me sorprendió escuchar mucho ruido en su apartamento comencé a llamar a Carmen, pero no me contestaba, en su lugar me respondió una vos que me parecía un poco familiar era Lili que se encontraba acompañando a Carmen. Me invito a pasar,

Cuando entre pude observar que Lili se encontraba mareada y muy roja de la cara al igual que Carmen que se encontraba tirada en la alfombra de su cuarto con varios botes de helado y una botella que al parecer era vino tinto.

Al parecer estas dos se emborracharon y lloraron juntas se atragantaron de helado y lo que es peor no me invitaron.

En fin, me despedí de David y le agradecí por su ayuda. Creo que ese chico podría ser mi nuevo mejor amigo.



El novio perfecto dulce espejismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora