El mismo dolor

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No tengo mucho que decir de mí, quizá sea porque no me sé expresar muy bien o talvez me da miedo que conozcan la horrible historia de mi vida de igual forma no podrían entenderla, talvez incluso la comparen con muchas de las miles de historias cliché que ocurren en el mundo en todo momento, pero he de decir que aunque mi pasado es muy tempestuoso tuvo sus partes felices y fueron quizá esos pequeños momentos los que me permitieron mantenerme con vida en un mundo que rechaza las cosas en las que crees, en fin no voy a extenderme tanto y comenzare desde lo más relevante mi nombre es violeta a mi parecer es un nombre bastante soso y no tiene ningún significado especial pero en fin, en aquel entonces tenía 17 años y enserio amaba la música en especial el rock y el metal, ya sé también es muy cliché pero toda aquella música que fuese lo suficientemente fuerte para separar mis sentidos del mundo real me hacía muy feliz el estilo la ropa todo eso llego a mí sin darme cuenta en realidad, nunca me avergoncé de ello y la verdad nunca cambie eso de mí el día que me integre a la clase vespertina de esa prestigiosa escuela pública acababa de mudarme con mi abuela quizá la única persona en el mundo a la cual nunca podría dejar de amar, claro que hubo pequeños tropiezos con algunos chicos en el pasado pero nunca me parecieron estar conectados con aquello que yo deseaba, en fin la escuela estaba bien me gustaba estudiar en la tarde aquellos que saben de lo que hablo es porque les gusta dormir tanto como a mí, me sorprendió que los profesores no le tomaran mayor importancia a mi estilo de vida tan evidente y luego están mis compañeros los cuales parecían si tomar muy en cuenta mi aparente conexión a alguna secta satánica acercarme a ellos no sería nada fácil pues siempre fui muy reservada nunca me gusto fingir que me importaban sus vidas y probablemente eso me volvía una persona egoísta pero supongo que no me gustaba agregar los problemas de los demás a mi larga lista de problemas y prefería mantener a los demás lejos de los míos.

—Deberías intentar hablar con alguno de tus compañeros dijo mi abuela con angustia—. No abuela no necesito amigos ya te tengo a ti, no necesito nada más que eso para ser feliz respondí con franqueza—. Pero hijita yo no podré estar siempre a tu lado—. Pues si tú te vas yo me iré con tigo abuela—. Hay no digas esas cosas tan feas, tu niña— tú no me puedes seguir hasta que tengas la misma cara vieja y arrugada que yo.


Pero mi abuela me hizo entender que, aunque evito problemas ajenos me negaba la posibilidad de reducir la carga de los míos, un día en el que no podía cargar más con todos ellos me abraso fuertemente y me dio un dulce beso en la mejilla, me escucho, quizás era lo único que me faltaba aprender a compartir la carga y aligerar la de otros, pero no podría hacerlo, no, no sabía cómo.

En la escuela mucha gente intento hablar conmigo, pero no recibieron respuesta alguna no es que no desease hablar con ellos solo que no sabía que decirles la mayoría solo eran patanes intentando conseguir algo más de mí así que no puedo negar que los ignore total mente, pero con aquellas personas como esa chica rubia o la presidenta del salón quien por cierto parecía muy asustada cuando me le acerque para pedirle su número de contacto y el de los profesores

Y me di cuenta que yo era extraña para ellos, pero no era la única, creo que todos lo eran en el fondo, algunos más que otros como aquel chico David quien no dejaba de mirar las puntas pintadas de morado de mi cabello y que ni siquiera se molestaba en disimularlo, intente mirarlo fríamente para alejarlo pero en lugar de eso me hizo un cumplido sobre mi cabello y mis ojos pero no parecía querer ligar como los otros hombres a los que tal vez les di la impresión de ser una chica fácil era un chico bastante extraño pero no parecía una mala persona

También conocí a una verdadera genio no parecía prestar atención a las clases es como si ya supiera exactamente de lo que hablaban los profesores siempre acertaba en todas las preguntas y todos parecían recurrir a ella si tenían alguna duda.

Y ahí fue donde la vi por primera vez una linda chica pelirroja de ojos verdes, como una princesa de cuentos de hadas en fin todo lo contrario a mí con una sonrisa tan vivas que incluso me hacía sonreír a mí también pero por supuesto no podía dejar que lo vieran así que me oculte tras mi cabello paso el tiempo y no podía dejar de verla, nunca antes me habían dado tantas ganas de conocer a alguien quizás era porque éramos completamente opuestas y quería saber cómo podría ser más como ella talvez conseguir una amiga.

Pero hasta los ojos más secos lloran y las sonrisas más vivas pueden morir, en un instante, no sabía lo que ocurría, pero pude comprender las palabras de mi abuela, aquel día pude distinguir la mirada fría y moribunda de aquella linda chica, que fingía sonreír con gran dificultad mientras presentaba su proyecto a la clase, no era la misma mirada alegre que tenía cuando la vi por primera vez y al terminar las clases se quedó en el aula espero a que todos salieran e incluso les sonrió a sus amigas diciendo que tenía algo que hacer.

No pude evitar verla desde la distancia llorabadesconsolada en un rincón, sola sin nadie para compartir su pesada carga era lamisma mirada que podía observar todo el tiempo en el espejo sabía lo que podíaocurrir mi corazón se inundó de la misma tristeza y miedo irracional, la vicaer ciegamente en el mismo acto de locura incontrolable al desafiar a lamuerte y olvidar el valor de la vida y sin pensarlo corrí asía ella no sabía qué hacer para tranquilizarla así que la abrase, fuertemente y le di un tiernobeso llore a su lado y al menos por solo un momento juntas compartimos el mismodolor.

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⏰ Última actualización: Nov 25, 2020 ⏰

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