U N O

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Y ver esa alma apenada cariño

Me hizo querer darte toda la bondad del mundo,

Porque un corazón tan bello cómo el tuyo,

Merece todo el amor que se pueda entregar

-Noah Foster

La casa frente a la mía nunca te parecería de vital importancia. Aunque si no puedo negar que es muy llamativa, era la única casa de todo el barrio de Larkins que estaba pintada de un color tan vivo como el amarillo, tenía un bello jardín y en cada ventana de la casa podías apreciar macetas con unos preciosos geranios morados.

Pero no te dejes llevar por las apariencias, ya que es casa por más felicidad que exprese por fuera, su interior está roto. Y ese interior es la familia Gann

Creo que podría publicar fácilmente unos tres libros con todo lo que solía saber sobre ellos, eran el círculo familiar más maravilloso y envidiable... Claro, en el mejor de los sentidos.

La señora Gann, una maestra de lengua. Siempre solía pedirle consejos sobre nuevas palabras para mi escritura cuando era pequeño, ella siempre me decía que tenía futuro en esto; pero cuando el señor Gann murió... La profesora no volvió a pisar una escuela.

George Gann, creo que mi hermana es la más adecuada para hablar sobre él. Van al mismo instituto y siempre nos dice que solo es un adolescente odioso que cree que con una mala actitud puede hacer desaparecer sus problemas.

Y por último, tenemos a Vincent Gann.

El cual ya estando marcado con aquel nombre maldito, tenía presagiada una mala fortuna. La primera vez que tuve una conversación real con este niño, me dijo que odiaba su nombre; ya que el hombre que lo tuvo tenía una gran pasión por la pintura, pero al mismo tiempo tuvo la peor vida del mundo.

Me sorprendí mucho cuando me dijo que su pasión también era la pintura, y que normalmente hacía cuadros que su madre vendía por internet. Realmente parecía un niño prodigio, siempre que veía sus pinturas estas tenían un cierto tipo de magia. O al menos yo creía que si mirabas la pintura por mucho tiempo, podías transportarte a la mente y corazón de Vincent.

Pero cuando ocurrió el accidente de auto que causó la muerte de su padre, no volví a ver otra pintura. De hecho, no volví a ver a Vincent.

E irónicamente ahora cada vez que camino en frente de la casa amarilla de Larkins, puedo sentir un millón de emociones, pero ninguna es felicidad

A yellow heart for Vincent [sin editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora