T R E

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Oculta muy dentro un océano de nostalgia pero a veces, sin pensarlo, el dolor se le escapa a mares por los ojos.

- lo vi en tumblr por allí

Cuando digo que escribíamos cosas juntos... Era algo muy especial.

Creabamos grandes historias. Cuentos sobre dos chicos que se volvieron caballeros al derrotar a un gran dragón que atacaba la aldea donde vivían, y que esto les abría la puerta a miles de aventuras.

Yo escribía la mayoría, aunque Vincent necesitaba revisar mi pésima ortografía de ese entonces, y también me daba ejemplos de palabras nuevas para usar.

¿Qué niño de doce sabe el significado de inefable?

Y bueno, a parte de corregir y ayudarme a escribir él creaba unas preciosas ilustraciones de los personajes en grandes campos enfrentando a gigantes. Básicamente eramos don quijote y Sancho panza en versión infantil.

Hicimos dos tomos, y obviamente eran bastante gruesos casi solo por los dibujos de una página completa. Su madre nos lo regalo ya en el día del niño a ambos, con bellos bordes y con portada gruesa, les juro que a los diez tuve mi primer orgullo como escritor al leer en la parte de arriba de ese libro: "escrito por Noah Foster e ilustrado por Vincent Gann".

Vincent me demostró que era realmente bueno sacando esa creatividad de mi cabeza y poniéndola en un pedazo de papel. Me enseñó lo lindas y maravillosas que pueden ser las palabras, más importante... Me mostró que tienen poder.

Así como puedes creer ciegamente que eres un mago al leer Harry Potter, que a pesar de tu edad comienzas a apreciar más a tus amistades luego de leer la dolorosa separación del principito y el zorro y cómo piedes llorar a mares por el amor luego de cada libro de Nicholas Sparks.
Vincent me enseñó que ser escritor es una de las cosas más... Poderosas del mundo.

Y me di cuenta de ello con aquel libro ya listo en mi mano, pero al igual que Vincent, ese libro se quedó en la casa de los Gann, acumuló polvo... y nunca más salió de allí.

Querido Vincent, tú hiciste que me diera cuenta de que realmente me gustan las palabras, y de que era realmente bueno al transmitirlas. Y no dejaré que la persona que me enseñó la lección más importante de mi vida se oxide en una casa, en soledad pensando en todo lo que pudo y no pudo hacer.

Vincent me hizo que viera lo que quiero hacer con mi vida, y yo lo voy a ayudar a recuperar la suya.

A yellow heart for Vincent [sin editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora