Yona solo tenía 17 años, pero sabía perfectamente cuál iba a ser su futuro, una vez cumpliera los 18, sería considerada una adulta y seria llamada por su madre y el resto del consejo para llevar a cabo el rito de iniciación y así convertirse en una diosa completa. No odiaba convertirse en adulta y ser considerada como tal, pero no quería pasarse el resto de su eternidad encerrada entre los muros del coliseo rodeada de lo que ella llamaba, "ancianos", dioses que tenían más años de los que su mente podía contar y carentes de emociones salvo la de adorarse a sí mismos.
Allí estaba ella, bajando por la enredadera de la fachada de su balcón para escaparse una noche más de su casa. Sabía de memoria lo que tenía que hacer, una vez abajo, debía ocultarse detrás de los matorrales durante 3 minutos, el tiempo exacto que el guardia tardaba en recorrer esa parte del jardín hasta doblar la esquina y seguir con su ronda por el lado sur de la casa. Después de eso solo tenía que correr hasta la valla de setos y atravesar el pequeño agujero que había hecho en ellos y que había estado escondiendo durante los dos años que llevaba fugándose de casa.
-Llegas tarde -Le sorprendió una voz al otro lado de la valla. Era Febo, el dios de la música y la poesía y su mejor amigo.
-Como si fuera fácil escapar de las garras de mi madre.
-¿De nuevo un sermón? -Yona puso los ojos en blanco, y subió a la moto de Febo sin decir palabra.
Su madre llevaba dándole sermones desde que tenía uso de razón y siempre eran los mismos; Era la hija de Afrodita y como tal, debía de dar imagen de belleza y elegancia, así como de majestuosidad y gran poder. Su madre aprovechaba cada momento que pasaban juntas, para recordarle el peso del legado familiar y lo mucho que esperaba de ella en un futuro.
-¿A dónde vamos? -Gritó Yona para que Febo pudiera oírla con el casco, el ruido de la moto y el aire.
-Al Apolo, ¿lo has olvidado? Tenemos un concierto.
Lo cierto era que si, Yona había olvidado por completo que esa noche tenía que cantar junto a la banda. La música era una de las pasiones de Yona y uno de los motivos por los cuales le encantaba pasar el rato con Febo, él le había enseñado todo lo que ahora sabia de la música.
Mesene, era la ciudad de los dioses, conocida como la ciudad más importante y grande del imperio Olímpico. El centro de Mesene era el coliseo, casa de Zeus, rey y señor del Olimpo y lugar de reunión del consejo, formado por los dioses más viejos y poderosos, entre ellos, su madre. En conclusión, todos ellos eran los que mandaban en el mundo. Los dioses consideraban a los humanos no dignos de su presencia, odiaban mezclarse con ellos y raras veces se les veía fuera de los terrenos Olimpeos. Febo y ella al igual que muchos otros dioses jóvenes, no pensaban lo mismo, y no tenían problemas en mezclarse con ellos y visitar ciertos lugares de la ciudad.
-¡Llegáis tarde! -Grito Zelo al verlos-. El concierto está a punto de empezar, por un momento creía que íbamos a tener que tocar sin guitarrista ni vocalista -Zelo era el batería de la banda y un semidiós, su madre era humana y su padre era Silvano, el dios de la caza. -Entremos.
Kai no sabía cómo se había dejado arrastrar hasta ese lugar, odiaba las aglomeraciones y mucho más los clubes con la música a todo volumen, pero no se había podido negar, le debía una a su compañero de cuarto y mejor amigo Tae.
-O vamos, no seas tan soso, diviértete, aquí hay muchas chicas guapas, quizás encuentres una con la que pasar la noche -Le dijo Tae en el momento que cruzaban la puerta y entraban al club.
-Me pregunto cómo has conseguido entradas para el Apolo, he oído que es un lugar muy exclusivo- Tae no le contestó, pero si le miro con esa sonrisa de triunfador, sonrisa que utilizaba cada vez que era cuestión de mujeres. Si algo se le daba bien, era relacionarse con el sexo opuesto.
-Espérame aquí, iré a por bebidas -Tae se dio la vuelta y se encaminó hacia la barra, nada más llegar allí, ya estaba coqueteando con la camarera.
En ese momento una voz atrajo su atención, provenía del escenario, Kai se giró y la vio, la chica más hermosa que había visto jamás, su melena larga y rubia con reflejos rosados brillaba bajo los focos, era alta, pero no más alta que él, delgada, pero con curvas, sujetaba el micrófono con seguridad y cantaba como un ángel.
-¿Es hermosa verdad? -Tae que volvía con dos refrescos en la mano, sacó de su obnubilación a Kai.
-¿La conoces?
-Como futuro guardián, deberías de conocerla, es Yona, hija de Afrodita, y el que está a su lado, el de la guitarra, es Febo, dios de la música.
Kai se volvió de nuevo a mirarla, había oído mucho hablar de ella y de su madre en clase, pero jamás la había visto en persona, siempre había creído que todos exageraban cuando decían que era la diosa más hermosa sobre la tierra, pero ahora, se daba cuenta de que todos tenían razón.
-Olvídate, está fuera de nuestro alcance, lo más cerca que lograremos estar de ella será el día que seamos guardianes y debamos asistir a nuestro dios, y aún así seguirá estando a un nivel por encima - Tae tenía razón, los guardianes vivían exclusivamente para servir a los dioses. Nacían con un don, y eran entrenados en la academia hasta los 18 años, entonces, se graduaban y recibían la llamada para servir y proteger a un dios el resto de sus vidas, y aún así era imposible mezclarse entre ellos mas allá de lo estrictamente profesional.
-No es lo que piensas, canta muy bien, solo era curiosidad -Tae le puso cara de no puedes engañarme y le dio dos golpecitos en la espalda.
En ese preciso instante Kai se percató de que sus ojos se cruzaron con los de ella, esos hermosos ojos violetas se clavaron en los suyos y sintió una punzada en el pecho, a la altura de la clavícula, seguida de un quemazón que se intensificaba cada vez mas hasta dejarlo en el suelo sobre una de sus rodillas.
-¡Kai! ¿Estás bien? ¿Qué ocurre? -Tae, preocupado por él, le cogió del brazo, se lo paso por el cuello y le levanto del suelo-.Salgamos de aquí.
Kai lanzo una mirada de nuevo al escenario para verla por última vez, pero ella ya no estaba allí, el escenario estaba vacío.
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El despertar de una diosa
FantasyYona esta en el último año de la escuela para dioses, una vez finalizado el curso, se convertirá en una diosa completa, al igual que su madre, Afrodita. Todos los dioses al acabar el instituto reciben un rito de iniciación en el cual les aparece una...