-¡¡NATALIAA!! -oigo a mi madre gritar desde la cocina. Mierda. Cómo odio los lunes.
Aún en la cama, giro sobre mí misma y agarro mi móvil. Genial; sin batería. Oh, no. Mamá se acerca.
-¡NATALIA GONZÁLEZ! Levántate ahora mismo o llamo a Candy -en cuanto escucho la amenaza, intento levantarme, pero no lo consigo del todo, motivo por el que mi madre empieza a reir como si le fuera la vida en ello. Justo en ese momento, mi hermana, Candy, entra por la puerta de mi habitación y se une a las risas de mi querida progenitora.
-¿Como no tienes a quien besar pruebas con el suelo?- Mi enfado es tal, que le cojo el pie y tiro hacia mí provocando que mi querida hermanita se dé la ostia del siglo -digna de mención en el Guiness de los récords-. Las tres estallamos en risas pero nos vemos interrumpidas por mi móvil, que suena con la canción 'Make my day' de Auryn. ¡Ruth! Lo cojo justo cuando va a colgar.
-¿Dónde estás? Carol y yo te estamos esperando -dice mi amiga con voz de enfado.
-YA VOY -digo mientras me pongo unos pantalones (aunque continúo con la parte de arriba del pijama puesta). Veo a mi hermana sacar el móvil , darse la vuelta y hacer una selfie en la que se ve a mi madre aún riendo, a mí sujetando mi teléfono con el hombro y con el otro brazo extendido, además de una almohada volar hacia Candy. Por suerte, le da de lleno (mi puntería es penosa, pero precisa cuando se trata de darle a mi hermana). Guarda el móvil y me saca la lengua mientras yo cuelgo y continúo vistiéndome. Cuando termino, cojo mi mochila y salgo corriendo.
-¡Adiós, mamá! ¡Adiós, petarda! -digo mientras cierro la puerta. Bajo las escaleras y sigo viva ¡YUJU! Salgo y las veo al final de la calle. Como una loca, corro gritando sus nombres pero, como están más sordas que yo, no me oyen. Perfecto, además llueve y no tengo paraguas. ¡Alegría y felichidá, señores! Las alcanzo y lo primero que hacen es emitir ruidos clasificados desde ya como 'Peores que el grito del anuncio del Rey León'.
-¡Hey, fieras, con orden! La primera que diga "Rabadabadú" empieza.
-¿Rabaqué? -la cara de Carol es un poema.
-¡RABADABADÚ! Já, gané -dice Ruth sacándole la lengua a Carol-. ¿Por qué hay una foto en Instagram en la que apareces tú con el pijama de flores rosas? -Me pone su móvil en la cara ¡Candy! La foto de antes arrasa en Instagram.
-También en Twitter. Eres TT.
-La voy a matar. No le va a quedar país para correr -comienzo a ponerme roja.
-¡Damas y caballeros, Heidi llega a su barrio! -grita Pablo desde la esquina. En ese momento, una señora le tira un cubo de agua fría desde la ventana.
-¡Niño, que no son ni las ocho de la mañana!
-¿Y qué hace usted levantada a estas horas, abuela? -no hace falta decir que no se conocían de nada.
-Ducharte -y le tira otro cubo de agua- Y no me llames abuela - Con la misma, la señora entra en su casa de nuevo y cierra la ventana.
Natalia 1, Pablo 0. Donde las dan, las toman. El caso es que ahora Pablo está pingando y Carol, Ruth y yo nos estamos riendo como buenas amigas que somos.
-Decidme, por favor, que alguien lo ha grabado todo -digo entre carcajadas.
-Sí, yo -dicen las 2 a la vez.
Pablo, tras diez minutos de persecución para abrazarnos, se fue a casa a cambiarse. Cuando volvió, la clase estaba a punto de terminar y el profesor le preguntó enfadado qué le había pasado a lo que nosotras respondimos enseñándole el vídeo. Una vez lo vio, todos nos empezamos a reir y Antonio, nuestro profesor de biología, dio la clase por terminada.

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My Way ©
HumorLa vida de Natalia González es de todo menos normal. No le gustan los videojuegos, no se le dan bien los deportes ni nada que tenga que ver con la coordinación y no es guapa. Le gusta cantar y estar en casa, además es cariñosa. Está loca, pero tiene...