Vampire's Dream [ Libro 2 ]

13| Hay un precio a pagar.

Capítulo 13: Hay un precio a pagar.

Siento algo palpitar dentro de mi cabeza con demasiada fuerza, pues pareciera que mi corazón ahora se encuentra donde debería estar mi cerebro. Mi mente deja este planeta y se va a divagar para luego sacar a relucir todos, absolutamente todos los recuerdos que tengo junto con Jazmín.

Mi cuerpo está en completo shock, me limito a ver a la rizada frente a mi. Su cabello está hecho un lío y que no decir de su ropa, sus ojos están llenos de lágrimas y también reflejan el miedo. El miedo de ver a un monstruo frente a ella.

Es ese miedo en sus pupilas lo que me saca de mi letargo y causa que salte a una distancia considerable, alejándome de ella. Puedo ver como lucha por levantarse, sin embargo, no quita su temerosa mirada de mi. La angustia, el miedo y desesperación es lo único que refleja.

Luego estoy yo, una híbrida jadeando a más no poder, con sus uñas, colmillos y labios llenos de sangre, y cuya mente ahora es un caos. No puedo dejar de pensar que iba a matar a mi mejor amiga, realmente la iba a matar.

—Tú no —La escucho susurrar y avergonzada dirijo mi mirada hacia ella. Su precioso pelo rizado ahora está suelto, lleno de tierra y con hojas en el—. ¡Tú no, por favor!

El grito que emite seguido del llanto que asoma rompe mi corazón. Cierro mis ojos y trago el molesto nudo que se ha formado en mi garganta, aún sabiendo que es mi mejor amiga la que está frente a mi, el deseo de sangre no disminuye sino que aumenta y me odio por ello.

—Jazmín, vete —Logro mascullar tratando de no respirar.

Pero ella no me escucha, o si lo hace decide mejor ignorarme. Su llanto es tan desgarrador que por un momento temo haberle causado algún daño, pero no puedo acercarme a ella porque sé que una vez que lo haga me lanzaré hacia ella porque el deseo por probar su sangre aún persiste debido a que estaba de caza. Y según Aren, un vampiro de caza es imposible de detener una vez no esté totalmente satisfecho.

— ¡¿Por qué tú?! —grita y yo solo me estremezco—. ¡Tú no puedes pertenecer a este horrible mundo mitológico! —sus ojos están rojos de tanto llorar pero además de la tristeza puedo ver una chispa de furia en ellos.

—Jazz, cálmate por favor. Déjame explicarte —musito aunque sé que en estos momentos es imposible hacerlo, yo misma lo he experimentado.

— ¡Cómo quieres que lo haga cuando me entero de que eres una vampiresa! ¡Cómo puedes decirme eso, cuando trato de huir de todo lo mitológico!

— ¿Huir? —Mi ceño se frunce—. Jazz, ¿De que hablas?

Entre medio de todo aquel llanto, una risa irónica sale de sus labios.

— ¿Quieres saber de que huía? —Logra ponerse sobre sus rodillas y pareciera que todo el bullicio del bosque desaparece para dejarla hablar—. ¡Huía de los cambia formas! ¡De malditos humanos que se convierten en ciervos pensando que así tendrían una oportunidad de andar conmigo! —Parece ahogarse con su llanto y a medida va hablando lleva una de sus manos al pecho, justo donde se sitúa el corazón—. Huía de ellos, porque eso es aberrante —Su mirada se conecta con la mía e inconscientemente avanzo lentamente hacia ella.

Ahora entiendo el porqué de su reacción el otro día con aquel ciervo, con su historia ahora puedo atar puntos y llego a la conclusión de que el cambia formas del que ella habla no es más que el chico cabeza hueca, Hardin.

—Huía del chico que me gustaba porque en mi cabeza no entra la idea de salir con un demonio —su voz ahora es nada más un susurro enronquecido—. Yo no quiero tener nada que ver con esto —las lágrimas siguen bajando por su rostro—. Yo solo quiero olvidarlo, pero es imposible porque parece que este mundo me persigue por todas partes.