10| ¡No puedes dejarme!

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Capítulo 10: ¡No puedes dejarme!

Belty —escuchamos un leve siseo, Alexia abre los ojos sorprendida pero guarda silencio. Me mantengo observando aquellos hipnotizantes  ojos azules, hasta que decide hablar sacándome de mi estupor—. Déjanos solos, Alexia —Su profunda voz hace eco por todo el lugar, y parece ser que no solo en mi se hacen presentes los escalofríos pues el cuerpo de Terrence también se sacude levemente.

De reojo observo como Alexia da un leve asentimiento y sale del lugar, dejándonos solo con Aren.

—Síganme.

Se da la vuelta empezando a caminar, miro a Terrence y él solo se encoge de hombros limitándose a seguirle el paso. Con un suspiro, voy tras ellos mientras observo embelesada la estructura del lugar; subimos por unas gradas en forma de caracol —que parecen hechas de mármol— hasta llegar a un pasillo donde hay un montón de puertas. Las paredes de todo el  lugar están pintadas de un color gris y de ellas cuelgan diferentes pinturas, algunas espadas, y algo que reconozco como una daga de las que usaba Ian; también, hay pequeñas mesas que sostienen unas delicadas vitrinas y como la curiosidad me pica, me detengo y me inclino un poco viendo en su interior.

— ¡Kiara! —Me reprocha Sullivan en un susurro.

Le observo con una sonrisa inocente plasmada en mi rostro, él mantiene fruncido su ceño mientras niega con la cabeza. Me siento como una pequeña siendo reprendida por su madre, por lo que soltando un suspiro, me alejo de las vitrinas y camino hacia Terrence poniéndome a su par. Este, como para asegurarse de que no haré alguna travesura, me coge de la mano y no me suelta.

Parece ser que Aren no se ha percatado de nada de lo que hacemos pues sigue caminando con una suma tranquilidad. Llegamos al final del pasillo donde solo hay una habitación y el comienzo de otras escaleras, sin embargo, él se dirige a la puerta y no a las gradas como yo pensaba.

—Entra, Kiara —grazna abriendo la puerta para que pueda pasar.

Me giro para observar a Terrence, quien solo se limita a soltarme y posteriormente a besar mi frente. —Estarás bien —susurra.

Asiento y observando los ojos azules de aquel vampiro, entro por donde me indica. Escucho como cierra la puerta y maravillada observo la gran hilera de estantes ubicados por todo el lugar, sobre ellos hay cientos de libros que por su textura pareciera que tuvieran siglos.

— ¿En qué puedo ayudarte, Belty? —Su voz me sobresalta y a la vez me invade la intriga al escuchar nuevamente esa palabra.

Decido pasarla por alto pues mi prioridad no es esa.

—Ayúdeme a saber qué pasa con mi cuerpo —Le veo ladear su cabeza—, últimamente mi cuerpo no ha estado actuando como el de un vampiro normal. Me he expuesto al sol sin recibir quemadura alguna, he pasado cerca de una semana sin beber sangre e inexplicablemente ahora parece ser que tengo la misma habilidad que mi novio.

— ¿Realmente no tienes respuesta a eso? —pregunta con voz neutra.

¡Pues si vengo hacia usted por algo será! ¿No?

Creo que interpreta el gesto de obviedad que mantengo en mi rostro, pues carraspea un tanto incómodo y camina hacia mí hasta quedar frente a frente. Observo que tiene un pañuelo negro sobre su rostro cubriéndole la nariz y la boca, dejándole al descubierto únicamente sus ojos; era por eso que al observarle de lejos parecía que la capucha le cubría todo el rostro pero ahora entiendo todo.

—Mírame —ordena—, descubriré que es lo que te sucede.

Guío mí vista hacia la de él e inmediatamente sus ojos emiten un leve brillo que logra marearme, creo tambalearme pero sigo manteniendo su mirada, sus ojos emiten una luz tan brillante que por un momento, creo que me dejarán ciega.

Vampire's Dream [ Libro 2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora