Hacía una tarde agraciada, no era un día soleado pero el ambiente proyectaba que era perfecto para salir a caminar un rato con algún amigo, inclusive en solitario, era mejor. En Seúl siendo una de las ciudades más activas, se encontraba muy moderado. Desde la caja registradora el chico observaba hacia afuera, viendo como pasaban algunas parejas tomadas de la mano, grupos de chicos bromeando y jugando un rato, su trabajo era intranquilo, trabajar en una tienda de comestibles resultaba agotador;
El poco tiempo libre lo aprovechaba dibujando con su lápiz grafito, y cuando tenía oportunidad ojeaba unos momentos hacia afuera.Realmente apreciaba dibujar aquel chico que había robado sus pensamientos sin pedir permiso de ello.
Suspiró; llevaba mucho tiempo esperando por aquello. Con su mano izquierda le daba a su dibujo los últimos retoques, sonríe inconscientemente viendo el acabado, sentía gran admiración hacia esa persona, todas las semanas hacía un dibujo diferente, con el mismo rostro, juró no olvidar y lo estaba cumpliendo.
El sonido del timbre lo sacó de sus profundos pensamientos, levantó su mirada. Había entrado un chico, no pudo observar su rostro, lo único que notó es que su cabello era oscuro, y bastante, con la mirada seguía los movimiento de aquel cliente de cabello negro. Bajó mirada siguiendo en su boceto, estaba feliz prestándole atención a su trabajo. En un instante logra escuchar un desorden en la tienda, al elevar la mirada maldice en sus pensamientos.
— Me estás jodiendo... —murmuró.
El chico que recién había entrado a la tienda hizo una mezcolanza en los estantes llenos de productos comestibles, Jungkook odiaba que le desorganizaran los productos, había tardado horas en tenerlos en perfecto orden, se puso de pie, mientras respiraba profundo para no iniciar una contienda con el chico de cabello oscuro, relamió sus labios pensando en una forma no grosera de decirle que estaba arruinando el arduo trabajo. Al acercarse pudó notar que ese chico tenía un paquete de dulces en ambas manos. Jungkook frunció el ceño se preguntaba que le sucedía a ese chico. El chico de cabello oscuro tenía su vista baja por lo cual notó unas tenis al frente de él, levantó y se encontró con un chico de cabello café con el ceño fruncido, lo miraba esperando que dijera algo.
—¿Qué?
Jungkook respiró profundo, estaba luchando por no decir groserías.
— ¿Qué?—levantó ambas manos e hizo comillas de forma burlesca.
—No comprendo... —Jeon Jungkook rodó los ojos sin intención.
El chico de cabello oscuro da un paso al frente, se encontraba bastante cerca de Jungkook, este lo miraba detenidamente, y de parte de Jungkook pudo notar un pequeño lugar en su nariz, por un momento volvió a percibir aquella vieja sensación, tragó saliva, en un movimiento rápido se aleja del chico.
Jungkook soltó una risa nerviosa.
—¡No hagas eso! —Jungkook pasa su mano por sus mejillas sintiendo calor en ellas. El otro chico ríe, le causó gracia la reacción del desconocido.
— ¿Qué cosa? —se impresiona de escuchar aquella voz grave.
Jungkook le quita el paquete de chocolates y lo pone en el lugar que estaba antes, volviendo acomodar todo aquella de manera veloz, el chico lo mira constantemente esperando una respuesta.
—No desordenes mi tienda. —lo miró de mala gana y da media vuelta. Jungkook regresa a su lugar de trabajo; la caja registradora.
Desde su lugar observa como el chico desconocido agarra nuevamente el paquete de chocolates, Jungkook frunce el ceño al ver como aquel chico se acerca hacia la salida y se va, con el paquete en la mano. El operario se pone sobre sus pies rápidamente y corre hacia la salida y mira a sus costados... él cliente, ahora, bandido no estaba a la vista.
Soltó un fuerte suspiro, le robaron frente a su propia nariz y no hizo nada.
¿Qué le diré a mis padres?¿Cuál era el problema de ese maleante y sus ganas de robar chocolates? Alguien que le enseñe a leer la palabra chocolate, pensó. El señor Jeon estará furioso. Puesto que el padre era el dueño de la tienda.
— Maldito bandido, te encontraré... —murmuró con mal genio .
Jungkook sintió como en su bolsillo el celular vibraba, deslizó su mano derecha hacia dentro y sacó el celular, leyó el texto, era un mensaje de Min Yoongi.
Cuando termines ven a mi casa.
-Min Yoongi.
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Ruined plan; taekook
FanfictionCuando crees amar a una persona, tomas las decisiones sin pensarlas mucho tiempo, en este caso arriesgando lo mas apreciado: la vida. Tratando de salvarlo del peligro que se acerca, e aventuar una vida miserable, hasta que llegara el momento en el...