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Puede que en este mundo a los amigos de verdad se les puede contar con los dedos de una mano, pero yo a la gente que odio necesito la mano entera, pueden no ser muchos, puede que haya gente que tenga muchos más, me da igual, yo tengo cinco, uno por cada problema que tengo, antes ellos eran grandes amigos, y cada uno sabía uno de mis grandes defectos, tengo más de cinco, pero por entonces solo tenía cinco amigos, cinco personas con las que compartirlos, cinco personas en las que pensaba confiar, cinco personas que hasta que no me dieron la espalda no me di cuenta que nunca debí haberme acercado a ellos. Uno por defecto, ellos creía saberlo todo sobre mí, mi único sueño es que no se conociesen.

Hay más personas, pero esos son secundarios, no saben tanto sobre mí, creen saber, pero solo ven la máscara que me pongo, no quiero pasar por eso otra vez, no quiero sentir como si me abriesen en canal, sentir una apuñalada en el corazón, nunca me he enamorado de verdad, no quiero ni imaginarme que sentiría.

Las únicas dos personas secundarias que me dan miedo son dos personas que se parecen mucho, son mejores amigos, probablemente novios y nadie lo sabe, pero ellos dos me dan miedo, porque no quiero acercarme a ellos, porque se que no son buenas personas, se que conmigo jamás lo serán, se que nunca querrán ni darme el buenos días, con ellos me tengo que acercar por pura convivencia, les odio, pero jamás lo admitiré, tengo que encontrar la  manera de deshacerme de ellos, hacer que se vayan de mi vida, pero no puedo, se que estarán siempre ahí, ellos son listos, saben como hay que tratar a las personas, tengo que mantener la cabeza fría... No puedo dejarles entrar

Sueños En PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora