Capítulo 3.

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"Lo único que quiero más que nada, es escuchar que tocas a mi puerta, por que si viese tu cara una vez más, entonces podría morir feliz."

Muchas veces pensé en donar o vender sus pertenencias, pero tenía la vacía esperanza de que algún día iba a regresar.
Mi cumpleaños se acercaba y me daba miedo pensar en ello, mi deseo era él, lo quería a él de regreso, y nada más.

-¿Que opinas?-Le pregunto a Charly, que me observa desde el sofá, sólo ladea su cabeza sin comprender.

Hoy es un día importante, bueno, algo así, es la inauguración de un museo de pinturas y fotografías del mejor amigo de mi mejor amigo, Kellin, y su amigo se llama Gerardo, creo, he visto algunos de sus cuadros y son realmente buenos, en fin, estoy rebuscando entre mis cosas intentando encontrar algo más decente.
Más de media hora, me decido por ese vestido rojo que tanto nos gustaba a ambos.
Me queda un poco flojo, he dejado de comer comida chatarra, aún queda poco en la alacena, pero la consumo de poco a poco.
Y he bajado de peso, tal como quería.
Me puse mis tacones y arreglé un poco mi cabello, es corto, así que no hay mucho que hacer.
Me miro en el espejo y creo que estoy lista.

-

-¡Te ves muy linda hoy!-.me dice Kellin en un gritito, a veces pienso que es mujer.

-¿O sea que los otros días me veía fea.?-le digo ofendida.

-...Deja de ser tan ridícula.-me dice poniendo los ojos en blanco.

-Tú también te ves muy bien.-le digo finalmente.

Me toma del brazo y caminamos hasta donde su amigo está. Y lo saluda de abrazo. Yo sólo observo.

-Vaya, esto está estupendo, amigo.

El sujeto es un poco más alto que Kellin, tiene el cabello negro, y contrasta perfectamente con su piel de tez blanca, creo que trae los ojos delineados con negro, y un traje de corbata, color negro también. Creo que le gusta mucho el color negro.

-Hey, Kellin, ¿Que tal? ¿Ella es tu novia?.-dice girandose conmigo y yo hago cara de asco.

-Sólo somos amigos, de hecho, es mi mejor amigo.-digo mirándolo, no se que haría sin este idiota.

-Oh, ya veo-.se rasca la barbilla.-Mucho gusto, mi nombre es Gerard, Gerard Way.

Extiende su mano, y yo la estrecho.

-El gusto es mío, mi nombre es Jane.

-¿Como Jane Austen?.-ríen ambos, yo sólo niego.

-Sólo Jane Harris.-medio sonrío.

Ambos sonrieron asintiendo, nos hizo un movimiento de cabeza indicando que lo siguieramos, asentimos y lo seguimos por el lugar, es realmente hermoso, cuadros por todos lados.
Me gustó uno en particular, (uno de tantos) pero su historia se me hizo interesante, así que cuestione.

-Gerard, ¿Cual es la historia completa de este cuadro?

Era una pintura de una pareja para ser exactos, al rededor de ellos había muchos niños, pero lo que más llamó mi atención, fue que unos no miraban para en frente, tenían la cabeza escondida, y los demas si miraban hacia al frente.

-Todos los niños que no te miran directamente, son niños que ya están muertos, pero querían inmortalizar el cuadro con toda la familia.

Lo miraba fascinada, era realmente curioso.
Seguimos caminando y veía muchas pinturas, según comentaba, algunas eran de su esposa Lin-z. Que también eran muy bonitos
Ninguna cara me era familiar, y me sentía más cómoda. Kellin me miraba bastante, y me sonreía.

- Te ves muy bien y feliz hoy.- me susurró.
Lo miré interrogante.
Ya se que está pasando aquí.

-Tengo que recibir a mi hermano, si me disculpan.-dijo Gerard.

-Adelante, nosotros estaremos por aquí.

Sonrió y se fue, perdiéndose en la multitud.

-Vamos a la mesa de aperitivos.-me tomó más fuerte del brazo y me llevó allá.
Había tanta variedad, que no sabía por donde empezar.-¿Por que no comes?

Me dijo Kellin con la boca llena de comida.

-No tengo hambre, gracias.

Me miró incrédulo.
Volvió a tomar mi brazo, pero esta vez con fuerza, me jaló hasta una mesa, puso sus manos en mis hombros y me sentó de golpe.

-¿¡Que te pasa!?.-chille en voz baja.

-Ya estoy harto, Jane, en serio estoy enfadado.

-...¿Pero de que diablos hablas?

-No te hagas la tonta, es Ronnie, todo es por él, demonios.-dice elevando las manos.-Estás demasiado delgada, tus ojeras están tragandote los ojos, por favor, ya no puedo verte así, han pasado casi 4 años, él ya no va a volver.-me dijo recalcando cada palabra.

Y aunque me pese en el alma, tiene razón, ya pasó mucho tiempo, ya no regresará.

Comienzo a llorar y él se para y me abraza.

-Vamos, preciosa, todo va a estar bien.-toma mi cara en sus manos y me mira a los ojos, después besa mi frente y me abraza de nuevo.-Lo prometo.

Lo abracé con más fuerza.
Había momentos donde me derrumbaba, podía estar feliz y en un segundo estaba llorando, así era mi vida últimamente.
Kellin había estado desde el primer momento, comenzó a odiar a Ronnie cuando había pasado un mes y él no regresaba.  Entonces hacía lo posible por verme feliz, aunque sus esfuerzos eran casi nulos.
Pasado unas 3 horas, de cuadros, presentaciones y comida, terminó la inauguración, Gerard se despidió de nosotros, con su esposa e hija a los lados. Se veían tan felices que me daban celos.
Caminamos unos cuantos metros, para subir al coche de Kellin, abrió la puerta dejándome pasar, rodeó el carro y subió el.

Todo era silencio, y cuando estaba a punto de hablar, me interrumpió.

-Jane...sabes que siempre has sido alguien muy importante, como la hermana que no tuve.

Posó su mano sobre la mía, me miró, y comenzó a llorar...se me partió el corazón, tomé su mano y la presioné.

-...Ya no quiero que sufras más...

-Yo tampoco quiero sufrir. Pero Kellin, lo extraño demasiado, no puedo darme a la idea de olvidarlo, ni siquiera sé que pasó con él, y eso me mata más que nada.

Asintió, sabía que tenía razón, si al menos supiera donde está Ronnie, me daría a la tarea de olvidarlo, sería más fácil.

Hangin On | Ronnie RadkeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora