The melody of a soulless Angel [Español]

"The chosen number one 2"

La vista era genial, era como una ciudad bajo tierra, mientras las vistas me dejaban perplejo, Misato comenzó a hablar.

–Hey Uziel-kun, ¿como te a ido?, No te eh visto desde que tenias 7 años, has crecido mucho

(...)
–Bueno, En verdad murió mi familia a si que no muy bien, además e entrenado muy duro para pilotear los eva.

(...)
–Ya veo Uziel-Kun

Después de eso ya no hubo alguna conversación, ya habíamos llegado a los cuarteles de nerf, Misato encargo el auto a un empleado para que lo dejara en la superficie, caminamos hacia la puerta, y la abrió con su identificación, ya que yo no tenia una todavía, nos adentramos en los confusos pasillos, yo solo seguía a misato algo confiado, hasta que me di cuenta que estaba también perdida.

–Eh...

Exclamo con una expresión algo nerviosa, esa típica que sale en los animes con la gotita de sudor en el rostro, estaba como una niña perdida en un centro comercial. De repente una mujer rubia apareció por atrás dando un pequeño salto a misato y yo, me di la vuelta para ver quien era, tenia un rostro conocido, tenia un lunar debajo de su ojo, con su pelo corto rubio, una bata de laboratorio, su camiza no era visible, con un vestido hasta la rodilla. Misato se dio cuenta Y se dio la vuelta tomando la palabra.

–Oh Hola Ritsuko.

Dijo con una sonrisa

–Oh, Capitana Katsuragi, recuerde que aquí estamos en servicio

(...)

–Ri-Tsu-Ko.

Con voz infantil

(...)

–Muy bien capitana. Oh, eres tu Uziel-San?

(...)

Me quede estupefacto con una cara de bobo, no preste atención a su a su nombre, parecía que me conocía, pero no la recordaba

–Bueno Ritsuko, vamos a ver al comandante

Me sorprendió Misato mientras caminaba todavía perdida

–La oficina del comandante es para el otro lado.

Misato dio una vuelta 360 y camino hacia la respectiva, yo solo la seguí, hibamos casi corriendo ya que misato recordó que había un ángel, en el ambiente de podían percibir remezones, probablemente de los ataques del angel Sachiel, casi corrimos a la sala del comandante, debo admitir que estaba nerviososo.